El trabajo del ser humano en la industria es cada vez menos necesario. La automatización de los procesos y la tecnología está desplazando al factor trabajo en una sector que ha sido la clave para el desarrollo económico de casi todos los países que han alcanzado la madurez económica. Ahora, incluso en algunos países emergentes se está produciendo un salto sin precedentes: las economías pasan de la agricultura al sector servicios sin pasar por la industria. Aunque este proceso puede incrementar la desigualdad de ingresos dentro de los países, esto no tiene por qué ocurrir con las políticas adecuadas, según el Fondo Monetario Internacional.
