En medio de la polémica del escudo, propongo a los aficionados del Atlético un estribillo B a ese que partido a partido le cantan al mejor portero del mundo, respetando cualquier argumento en contra aunque convengamos que quedan pocos para negar esta evidencia.«Obli, Oblak, cada día te quiero más» suena muy requetebién, pero después de su exhibición de ayer en el derbi del Bernabéu también se puede entonar algo parecido: «Obli, Oblak, cada día paras más...».
Para enmarcar
El partido del esloveno fue de sobresaliente «cum laude». Sólo el enorme Cristiano pudo vencer su resistencia. Oblak dio un recital de seguridad y reflejos por arriba, por abajo, a izquierda, a derecha, a mano cambiada... Una actuación para enmarcar, para escribir con letras de oro en el mejor manual de los porteros. Él mantuvo al equipo en esa primera media hora timorata, en la que el equipo rojiblanco apenas salió de su zona de confort, y luego salvó momentos puntuales cuando los del Cholo también tuvieron sus minutos de peligro contra Keylor, muy bien también en el disparo que le sacó a Koke.
El mejor Griezmann
Polémicas arbitrales las hubo: los dos penaltis pedidos por el Real admiten debate y a mí me pareció que sí pudo serlo el de Juanfran a Kroos; Griezmann quizá estaba en fuera de juego, pero por un pie, en el gol, casi imperceptible; y hubo otro muy mal pitado a Vitolo cuando había arrancado desde el propio campo rojiblanco. Y el otro actor principal del Atlético volvió a ser Griezmann, definitivamente enchufado con el equipo estos últimos meses. Marcó un gol decisivo que puede darle el subcampeonato al Atlético y todo lo que hizo recordó al jugador que hace dos años ya se sentó a comer en la mesa de Cristiano y Messi. Pero fue el derbi de «Obli, Oblak...»
