España afronta en los próximos meses la decisión crucial de qué hacer con las autopistas de peaje que van agotando sus concesiones. El primer vencimiento llegará el próximo 30 de noviembre y el Gobierno aún no ha revelado cuál será su modelo de gestión. Únicamente se ha comprometido a no prorrogar los contratos. Ni de ésta, la AP-1 Burgos Armiñón, ni de las que le seguirán en los próximos años. Ocho autopistas más hasta 2021 que representan cerca de la tercera parte de toda la red de pago.