Boris Becker, el otro capitán de Alemania, le definió como «Corazón de León». Sus compañeros de equipo le mantearon en la Plaza de Toros de Valencia y Sergi Bruguera se llevó un alegrón por la que fue su gran apuesta de la eliminatoria: David Ferrer. «Ferru» se dio un homenaje en el quinto punto ante los alemanes. Tras casi cinco horas de partido ante Kohlschreiber, devolvió a España a una semifinal de la Copa Davis seis años después. Culminó la remontada que había iniciado ocho horas antes Nadal frente a Zverev y amplió el registro de España como local a 27 victorias seguidas. Allá por el mes de septiembre –ver gráfico–, España se medirá a Francia, el ganador de la última Ensaladera. La eliminatoria se disputa sólo cinco días después de la final del Abierto de Estados Unidos. Quedan cinco meses y eso hace inútil cualquier especulación sobre la composición del equipo, aunque la intención de Nadal es estar. ¿El resto? Carreño, Bautista, Ferrer, Feliciano... Lo que parece claro es que los galos prepararán la pista rápida más vertiginosa posible y que en ese terreno sus mejores armas son Tsonga y Pouille, pero... quedan cinco meses. La última semifinal de España fue precisamente ante Francia y en la Plaza de Toros de Córdoba con victoria por 4-1.
En Valencia, en la última jornada, hubo mucho de todo. Nadal se comió a Zverev en poco más de dos horas con un tenis que huele muy bien para el inminente arranque de la tierra batida. La misión de Ferrer era peliaguda. Sobre todo para el Ferrer actual, recién cumplidos los 36 años y convencido como está de que le quedan como máximo ésta y otra temporada más en la élite. Para el Ferrer que llegó a ser número tres del mundo, Kohschreiber era una pieza sencilla; para el actual equivalía a un partido agónico y así fue. El español se levantó cuando estaba medio muerto en el octavo juego del quinto set con 4-3 abajo y dos bolas de «break» en contra. Logró olvidarse del vendaval que soplaba en el coso valenciano y liquidó una eliminatoria tan dura como se preveía.
Un gran Rafa
Además de la clasificación, la mejor conclusión que se saca de lo de Valencia para el tenis español es que Nadal ha vuelto. Había mucho respeto justificado a Zverev y Rafa estuvo desatado. En la pista, en el banquillo y en la celebración. Ganó en tres sets y sólo cedió nueve juegos ante el número cuatro del mundo. «Más que sorprenderme mi nivel, me alegra. No sólo he ganado, sino que lo he hecho de una manera positiva y, por momentos, jugando a gran nivel. Hay que ser conscientes que llevo desde Shanghái sin jugar sin problemas, he pasado por momentos complicados y hay que ser pacientes. He trabajado para que todo vaya mejor y ahora vuelvo a estar preparado para afrontar este tipo de partidos». Así que España vuelve a estar en semifinales seis años después y Rafa, preparado para la inminente gira europea sobre tierra batida. Promete.
