Un país como Japón lleva mucho tiempo por un asunto como el envejecimiento de su población, un hecho que cada vez les provoca más problemas. No obstante, España, y por extensión, Cataluña, no son ajenos a este asunto. De ello se ha tratado esta semana en Barcelona.
El avance de la investigación y el envejecimiento de la población llevarán a un nuevo modelo de atención sanitaria que sustituirá una organización vertical, en la que el médico jugaba un papel paternalista, por un modelo colaborativo en el que el paciente podrá participar en la gestión desde su propia experiencia.
Esta es una de las principales conclusiones del debate «Informadores, pacientes y profesionales de la salud ante la Sanidad del futuro», que reunió a representantes de los pacientes, investigadores y profesionales de la salud, y que fue moderado por la periodista Carmen Fernández.
En lo que respecta al ámbito asistencial, la doctora Anna Ochoa de Echagüen, directora asistencial del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, destacó que el incremento de la esperanza de vida «provoca que tengamos cada vez una población más envejecida y con patologías crónicas, lo que supone una carga asistencial intensa y unos costes al alza con unos recursos limitados».
Para enfrentar esta situación, el hospital Vall d’Hebron aplica desde hace tres años un modelo de transformación basándose en el flujo del paciente, la seguridad y el conocimiento, con la participación no solo de los de profesionales y proveedores, sino también mediante de la creación de grupos de pacientes.
Por su parte, la doctora Elena Garralda, directora de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer del Institut de Oncología del Hospital Vall d’Hebron, recordó que la investigación está integrada en la asistencia y es parte del día a día de los pacientes.
Esta experta considera que el futuro de la investigación médica se orienta hacía un sistema colaborativo y de trabajo en red. Según Garralda, «vamos hacia una medicina más personalizada y ya no hablamos de cáncer de mama o melanoma en general, sino de mutaciones concretas».
Esta especificidad hará necesario un sistema colaborativo que implique a diferentes centros de investigación y reforzará la presencia de centros de referencia para el tratamiento de patologías concretas.
Esto no supondrá, sin embargo, que se incremente el número de hospitales. Al contrario, Ochoa prevé que el número de hospitales va a disminuir y «estará solo el paciente que realmente debe estar; en diez ó quince años la mayoría de las enfermedades se pasarán en casa».
Desde la perspectiva de los pacientes, Enrique Barba, miembro de las asociaciones española y europea de melanoma, destacó que “los dos retos clave en la comunicación médica a los pacientes son la sencillez y la veracidad para que los mensajes sean comprensibles por parte de los pacientes. Según Barba, hoy se dispone de mucha información médica, pero una parte es falsa y los pacientes no pueden recibir noticias falsas; es necesario que las fuentes sean dignas de confianza”.
En este sentido, Barba alertó sobre la publicación indiscriminada de artículos médicos: “hoy en día cualquier artículo médico puede ser publicado; la cuestión es dónde. Las revistas científicas sujetas a revisión por pares (“peer review”) suelen ser dignas de confianza, pero existen otras revistas que podrían calificarse como “depredadoras” que publican cualquier material a cambio de dinero”. Todos los