Jordi Puntí nos sorprendió recientemente con un estupendo libro de relatos titulado «Això no és Amèrica». Pero, además del mundo de las letras, Puntí nunca ha ocultado su interés por el mundo del fútbol, especialmente el magisterio de Leo Messi. El jugador del Barça es el protagonista de su nuevo trabajo.
Se acerca a la figura mítica de Leo Messi en un libro curioso y fascinante, «Todo Messi» (publicado en español por Anagrama y en catalán por Empúries). ¿Cómo surge el proyecto?
Hacía año y medio que estaba escribiendo sobre Messi. como publico en «El Periódico de Catalunya» artículos sobre fútbol, ocurría que de tanto en tanto alguna idea para el artículo la guardaba para poder desarrollarla. También ha pasado que en el último año y medio Messi ha estado jugando muy bien, dejando grandes momentos. Por eso, cuando pasaba un partido me sentaba ante el ordenador, tomaba notas y escribía. El hecho que este año haya Mundial en Rusia y que será probablemente la última oportunidad para ganarlo ha precipitado el libro. Al mismo tiempo, veo este libro como un «working progress» porque se irá haciendo mientras Messi juegue.
Pese a que lo admira, ¿ha evitado hacer un libro de fan?
(Risas) Es un catálogo razonado.
Lo desmonta, como dice al inicio del libro.
La idea es darle una mirada de fan sentimental, pero a la vez analítico y que corresponde con el juego. Y es que el fútbol, al fin y al cabo, es un juego que ocupa nuestras vidas. Por eso, el patrón de los ejercicios de estilo en el libro.
Al desmontar a Messi, ¿ha encontrado algo que le haya sorprendido o que desconociera?
Sí, bastantes cosas. Una importante es que la imagen de Messi está fijada por el chico de 19 años y que coincide con su gol contra el Getafe. Mucha gente todavía lo ve como ese joven de 19 años, pero por el camino se ha casado, ha tenido tres hijos, ha madurado... Hoy en día es alguien que ve la vida de otra manera y que tiene diferentes sus prioridades. Eso no quiere decir que haya dejado de ser competitivo, pero este punto de madurez vital lo ha ayudado a entender mejor los límites del fútbol: es decir, hasta que punto es trascendental lo que hace.
Usted llega a especular que posiblemente ese gol contra el Getafe sirvió para que Maradona viera que ya había alguien que lo superaba.
Claro. Maradona pertenece a una época en la que el fútbol era menos global que ahora. Pese a que era el mejor jugador de su momento e hizo grandes cosas, nunca tuvo el impacto mundial que puedan tener ahora Messi o Cristiano Ronaldo. Digamos que su figura es discutible y los mismos argentinos reconocen que hay problemas por dos casos de dopaje graves y, después, una relación política visceral con el comunismo de Castro, además de una vida disipada. Messi, en cambio, es un jugador de otra órbita.
En «Todo Messi» realiza una comparación, tal vez un poco cruel, con Cristiano Ronaldo.
Lo reconozco. Aquí es donde ha salido más el fan, pero creo que lo dejo muy bien futbolísticamente. Lo que me interesa de la relación de los dos es la dependencia: hasta que punto uno hace bueno al otro. Cuando me lo miro de cerca constato que Messi ha hecho bueno a Ronaldo, pero eso no pasa al revés. Creo que Messi sería el que es ahora sin Cristiano, no al cien por cien, pero sí a un tanto por ciento elevado.
En este desmontar al jugador, incluso llega a dedicar un capítulo a los tatuajes de Messi.
Sí, es esa cosa de que puedes ver a Messi desde todos los puntos de vista.Los tatuajes hoy en día, para cualquier jugador que quiere ser una estrella mundial, son un elemento de promoción personal. Messi tiene, como mínimo, el buen gusto de ponerse cualquier cosa, con un tatuador de guardia que lo aconseja.
