Javier Lostalé (Madrid, 1942) es un poeta de larga y reconocida trayectoria que hunde sus principios estéticos en la generación novísima de los 70. Con el paso del tiempo, sin embargo, ha sabido distanciarse con personalidad de los postulados culturalistas, de sibarita expresión y refinadas temáticas. Esta evolución ha ido confluyendo en una síntesis entre la temporalidad machadiana y la esencialidad de Juan Ramón Jiménez, en una suerte de humanismo meditativo, de tonos evocativos, nostálgicos y sentimentales. Se trata de una lírica de ascendencia romántica, medida sensualidad, pautados silencios y contundentes imágenes. Su poemario, «Cielo», añade a estas características un tono de acusado balance vital, ensoñada rememoración del pasado, trascendida cotidianidad anecdótica y esperanzada mirada autorreferencial. En las palabras preliminares del poeta se desvela que «el pulso de lo invisible está presente en este libro»; una trama de ausencias, una red de añoranzas, configuran la esencia de una obra de predominante temática amorosa e incisivo tono intimista.
Poemas como «Misterio» –«Misterio sigue siendo la vida / aun cuando todo esté perdido»–; «Expulsado» –«De todo lo vivido / ya no te queda / sino su engaño»; «Que tu mirada» –«Que tu mirada / vaya siempre más allá, / como si ya estuvieses / dentro de lo mirado»–; o «Cielo completo» –«Abandonado y sin territorio / no regreses de donde estás, / pues no hay espacio más hondo / que el de un alma habitándose en soledad»–, jalonan un libro de estilo sentencioso que propugna una estoica moral cercana a la ternura amorosa, el goce de vivir, la aceptación de la senectud y la sabiduría de la experiencia. Un esclarecedor epílogo de Diego Doncel completa la edición de este excelente poemario.
