«De Hugo Sánchez me gustaría mucho tener su chilena, porque yo no sé hacer goles así», decía Cristiano en un encuentro con el mexicano en 2011. Ronaldo empezaba su carrera en el Real Madrid y cuando le preguntaron por las cualidades del exdelantero que desearía poseer lo primero que le vino a la cabeza fueron esos goles que hicieron famoso al «9» de aquel equipo de la Quinta. Hugo era feliz viviendo boca abajo y de espaldas al portero rival. Celebraba cada tanto con una voltereta y se sentía comodísimo rematando en el aire sin mirar a la portería contraria. La inspiradora de su interpretación acrobática del fútbol fue su hermana Hilda, gimnasta olímpica en los Juegos de Montreal 1976, ya fallecida, y a la que muchas veces apuntó como causante de la gran elasticidad y habilidad que demostraba en el área. De pequeño entrenaba con ella y algo influyó en sus condiciones como delantero.
La chilena (remate o despeje de espaldas a la portería contraria con los dos pies en el aire, según la RAE) llegó a llamarse «Huguina» en honor al futbolista que mejor la interpretó. La más perfecta la ejecutó el 10 de abril de 1988, en un partido frente al Logroñés. Un gol que para el propio Hugo es uno de los más bonitos de su carrera.
