Inigualable. Acontecimiento por antonomasia de todos cuantos se celebran en Valladolid. Celebración religiosa y cultural de primera magnitud. Un museo al aire libre. Estos son algunos de los calificativos que hacían ayer el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, tras presentar en Madrid la Semana Santa vallisoletana, declarada de Interés Turístico Internacional, en un desayuno informativo organizado por Fórum Europa.
Un acto en el que también participaba el presidente de la Junta de Cofradías, Felipe Esteban, y en el que animaban a todos, creyentes y no creyentes, a no perderse estos días y disfrutar de ella y apreciar los valores que trascienden el hecho religioso. «Merece la pena visitar Valladolid en Semana Santa», destacaba el alcalde, quien ponía en valor «la sobriedad, el silencio y el recogimiento» con el que viven los vallisoletanos estos días, así como la procesión general del Viernes Santo, con 34 pasos desfilando por las calles de la ciudad, y la calidad de tallas como el Cristo Atado a la Columna y la Virgen de la Piedad, ambas de Gregorio Fernández, y la Virgen de las Angustias de Juan de Juni.
Por su parte, el cardenal arzobispo confesaba su que siente auténtica devoción por el Ecce Homo de Gregoria Fernández que se encuentra en la Iglesia de la Vera Cruz, por el que decía sentirse impresionado cada vez que se para a contemplarlo, y destacaba también la sección de gaitas de la banda de la Cofradía Nuestra Señora de la Piedad, que fundó su padre.
Tanto Puente como Blázquez coincidían en destacar las buenas relaciones entre la Iglesia Católica y el Ayuntamiento, lo que aprovechaba el primer edil vallisoletano para reivindicar que la aconfesionalidad del Estado «nada tiene que ver con que la sociedad, la política y la Iglesia estén de espaldas». Puente se definía como una persona creyente, aseguraba que si no lo fuera trataría de tener una buena relación con la Iglesia «porque soy el alcalde de todos los vallisoletanos, crean o no en Dios», y quería pensar que en su partido comparten la misma idea.
Monseñor Blázquez, por su parte, aseguraba que este hecho aconfesional «es una oportunidad para que todos podamos tener el marco adecuado de libertad», insistía en que la Iglesia lo que pretende es estar al día y seguir soiendo socialmente solidaria, y bromeaba con la meteorología cuando le explicaba al alcalde que han encargado buen tiempo para este año.
La utilidad social y espiritual de las cofradías
Durante su discurso en esta jornada, el presidente de la Junta de Cofradías, Felipe Esteban, quiso profundizar en la importancia de las hermandades de penitencia en la historia de la ciudad de Valladolid a lo largo de más de 500 años, pero también su utilidad social y cultural promocionando la Semana Santa, y su labor de ayuda espiritual a sus miembros. «Los pasos procesionales que portan las cofradías son el elemento más prestigioso de la Semana Santa», decía.