Sus desafortunadas palabras, con un tono muy agresivo, todavía resuenan en el Congreso de los Diputados. El portavoz de Justicia del PSOE, Juan Carlos Campo, subió a la tribuna de oradores para defender la difícil posición de su partido sobre la derogación de la prisión permanente revisable pero usó unas palabras que lo llevaron a enfrentarse con las familias de las víctimas que estaban en la tribuna de invitados.
Campo se quejó del «sabor a ira, a rabia, a sed de venganza» que tenía la sesión por la muerte del pequeño Gabriel Cruz de Almería y acusó al PP de haber manipulado a las familias de Diana Quer, Mariluz Cortés y Marta del Castillo que, al término de la sesión, censuraron sus palabras.
Lo más sorprendente de su intervención es que Juan Carlos Campo ha llegado al Congreso como un fichaje «potente», como una baza relevante para reforzar el grupo parlamentario. Número tres del PSOE por la provincia de Cádiz, es un prestigioso jurista que tiene mucha experiencia.
Juan Carlos Campo Moreno ha sido prácticamente todo en la administración de Justicia que conoce como la palma de su mano. Empezó a ejercer en Sanlúcar de Barrameda y ha sido magistrado de la Audiencia de Cádiz, provincia a la que representa en el Congreso. Fue director general de Justicia en el Gobierno de Rodríguez Zapatero y miembro del Consejo General del Poder Judicial, además de Secretario de Estado de Justicia.
Ha sido, además, pieza clave en los engranajes de Susana Díaz. El Gobierno andaluz nombró en noviembre de 2011 a este prestigioso jurista en un puesto, Secretario de Relaciones con el Parlamento, cuya principal responsabilidad era realizar trámites administrativos entre el Gobierno andaluz y el Parlamento.
Un cargo que sorprendió a todos, o quizás no tanto por los momentos delicados que estaban pasando algunos departamentos de la Junta de Andalucía con los asuntos judiciales. Era el momento álgido de los ERE en el Supremo, sin conocerse qué iba a ocurrir con la imputación de los expresidentes Chaves y Griñán y sus consecuencias.
También estaba por ver otro asunto que preocupaba mucho al Gobierno andaluz, la instrucción judicial de los cursos de formación, un escándalo que podía llegar hasta el actual Ejecutivo, aunque finalmente ha quedado en nada.
Cuando se hicieron las listas para las elecciones generales, Susana Díaz lo incluyó como parte de su cuota en el grupo parlamentario. Estaba, además, llamado a ocupar altas responsabilidades si Pedro Sánchez hubiese ganado las elecciones.