Finalmente, y haciendo justicia a todos los pronósticos, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha anunciado oficialmente que no podrá asistir a la Escuela de Buen Gobierno que su partido celebra desde este jueves hasta el próximo domingo en Madrid. Su ausencia se suma a la del presidente de Asturias, Javier Fernández, la del exsecretario general, Felipe González, y la del ex secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba. También a la del presidente valenciano, Ximo Puig, que ha excusado su asistencia por la coincidencia con la celebración de las fallas.
Hasta ahora Díaz no había confirmado formalmente su ausencia, pero lo ha hecho esta mañana en Jaén. El secretario general vendió este foro como un intento por visibilizar la «unidad recompuesta» del partido. Pero el anuncio se solapó en el tiempo con el conflicto surgido en torno a la figura de Elena Valenciano y la decisión de Ferraz de vetar su candidatura como líder del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo. Aquel conflicto enturbió el ambiente y reabrió heridas.
Pero tras el discurso ayer de José Luis Rodríguez Zapatero, que apeló a la «máxima unidad» del partido había cierta esperanza en que Díaz decidiese acudir. Pero hoy Díaz ha confirmado en Jaén que su agenda institucional le impedirá participar. «Como yo más ayudo al PSOE es haciendo mi trabajo y demostrando que en Andalucía se gobierna de otra manera», ha dicho Díaz. La presidenta andaluza participa mañana en Sevilla a la una de la tarde en un acto por el aniversario del Colegio de Ingenieros de Andalucía Occidental.
Mañana el PSOE andaluz también celebra la entrega de premios Clara Campoamor, que inicialmente se iban a celebrar el lunes pero que cambiaron de fecha por los acontecimientos del pequeño Gabriel. Inicialmente estaba previsto que Díaz participara en el acto, pero no está confirmado que lo haga este sábado. Un acto que no respondería al principio de "agenda institucional" que Díaz alega para no participar.
En Ferraz están convencidos de que «quien queda mal es ella» porque se la ha invitado y «ella había dicho que estaba a disposición del partido». Díaz y Sánchez mantienen así sus caminos paralelos pero nunca convergentes.
