Una entrada acristalada con una gran barra cervecera vista, una segunda barra de coctelería más alejada para disfrutar en un rincón acogedor lleno de vegetación y por último, el salón de la planta superior en el que se respira calidad y lujo informal.
La decoración del local está tan sumamente cuidada que, aún habiendo armonía en todo el espacio, muchos podrían decir que han estado en diferentes lugares a la vez. Esa es la experiencia en La Retirada. El barullo y entretenimiento de una barra cervecera con mucha luz, producto visto y siendo fieles a la tasca de toda la vida dotándolo de un punto moderno: azulejos verdes en una de las paredes que dan vida a una gran mesa alta, vegetación en paredes color teja y un suelo libre de mobiliario que da calidez.
El segundo espacio se trata de una maravillosa barra de coctelería que habla por sí sola: un precioso rincón acogedor, repleto de vegetación, mesas con velas y en el que se respira un ambiente clandestino, íntimo y divertido.
Por último, en la segunda planta se encuentra el salón. La calidad de la carta se respira en cada esquina. Un lugar acogedor, con mucho color y aire mediterráneo que cuenta con un reservado perfecto para grupos.
Una caña bien tirada en la barra principal con una selección de marisco, raciones y tapas con clase, una selección de cocteles hechos al momento y pensados para todo tipo de situación y una cocina con una pasión: su materia prima. El horno Josper es uno de los protagonistas, y junto a proveedores especializados como La Finca o Ahumados Domínguez, ofrecemos una experiencia gastronómica digna del paladar más exigente.