Este jueves se llevan a cabo los funerales de las nueve personas que murieron en el atentado suicida contra un puesto de control de la policía en la localidad de Raiwind, en el este de Pakistán.
Además, la arremetida extremista dejó 13 heridos. El punto móvil de vigilancia se había establecido por la cumbre de un movimiento religioso, que cada año se celebra por estas fechas.
El jefe de Gobierno de Punyab condenó el atentado y dijo a través de Twitter que la nación está orgullosa del sacrificio de los valientes policías que murieron en el cumplimiento de sus funciones.
Punyab es la provincia más populosa del país, con cerca de la mitad de los 207 millones de paquistaníes y no suele ser blanco de atentados terroristas.
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