Tomb Raider
Cosas que se dan por sabidas: el personaje de Lara Croft tiene su origen en un videojuego y en su primera adaptación al cine lo encarnaba Angelina Jolie. Y por algún motivo que también deberíamos saber, o sospechar, se hace ahora un «reboot», que es como se dice ahora en español una reiniciación. Y se «rebootea» esta aventura de Lara Croft con el acierto de que se ponga su traje Alicia Vikander, que es con mucho lo mejor de media película.
El director noruego Roar Uthaug sitúa su historia en el origen de Lara, tan desorbitada y aventurera como su millonario padre, desaparecido años antes en una extraña peripecia por una isla perdida en el Japón. El arranque, la descripción del personaje de Lara, su peculiar vida en un Londres luminoso y su tozudez para no aceptar ni la muerte de su padre ni su herencia, tiene la virtud de ser muy espectacular, pero además la de presentarnos a una Lara Croft más «normal», menos diseñada, sin esa riada de curvas del «ahí va Angelina Jolie», y en secuencias como la de la persecución de bicicletas que tienen algo de spielbergiano… Aunque una andanada de «flashback» sobre su pasado con papá vienen a sugerirnos que tal vez la película esté buscando una curva para torcerse. Y la encuentra.
Es una película de aventuras, de acción, de situaciones complicadísimas para su protagonista, que pasa pantallas tan ajetreadas y tan peligrosas que convierten la figura de Indiana Jones en poco menos que un panoli tomando té en su saloncito. Toda la segunda mitad de la película, adrenalina exprimida, cabría en la mitad de la mitad con solo evitar reiteraciones y pantallas, pero tal vez la idea del «reboot» sea precisamente eso: entretener y preocupar mucho más de lo que uno espera y preferir que se resienta «lo cinematográfico» a costa de una notable erección de «lo espectacular».
No está especialmente agraciado el guion a la hora de construir el mcguffin, la liosa historia de la malvada reina del antiquísimo Japón ni las pretensiones de su misteriosa tumba (un sencillo Santo Grial cuántas explicaciones ahorra), ni tampoco en la construcción de personajes secundarios, con Dominic West y el villanuelo Walton Goggins sin una brizna de aire para respirar en la historia. Aunque, lo cierto, es que Alicia Vikander la llena con su magnífico talento para compaginar física y química. En fin, que si hay continuación, que la habrá, y si la interpreta Vikander, que la interpretará, uno no se la pierde.
Valoración de ABCPlay
Convierten la figura de Indiana Jones en poco menos que un panoli
Oti Rodríguez Marchante