«Cuentan que en mi familia siempre se sienta un comensal de más en cada comida. Es invisible, pero está ahí». Así comienza «El comensal», la novela que Gabriela Ybarra (Bilbao, 1983) publicó hace tres años y que no para de depararle alegrías. Primero recibió los parabienes de los críticos, sorprendidos por la madurez de un primer libro construido en torno a dos ausencias: la de su madre, Ernestina Pasch, víctima de un cáncer en 2011, y la de su abuelo, el empresario Javier de Ybarra, asesinado por ETA en 1977.
Al premio Euskadi de Literatura en 2016 se sumó la publicación de «El comensal» en Latinoamérica y Reino Unido, donde esta semana entraba en la lista de trece títulos finalistas del Man Booker Internacional. Ybarra verá ahora cómo su obra salta al cine de la mano de Ángeles González-Sinde.
«Me hace mucha ilusión», reconoce la escritora. «Ángeles y yo trabajamos juntas en el argumento y el desarrollo ha sido trabajo suyo. Pienso en la película como una cosa diferente al libro, no deja de ser el proyecto de otra persona». Ganadora de dos Goyas, González-Sinde regresa a la dirección diez años después de 'Una palabra tuya'. «Al leer 'El comensal' me atrapó la voz», describe la exministra de Cultura. «Esa manera tan íntima y en cierta manera desapegada de contar algo tan duro y cotidiano. En muchas familias hay pérdidas traumáticas que las generaciones siguientes perciben, a pesar de que esas muertes se callaron pensando que se protegía a otro».
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