Decenas de millares de pensionistas se han manifestado en París y una docena de ciudades de provincias para protestar contra la pérdida del poder adquisitivo, debido al incremento de la fiscalidad y el estancamiento de las pensiones de jubilación. El incremento del 1,7 por ciento de la Contribución social generalizada (CSG) ha sido la “gota” que ha terminado por hacer “desbordar” una irritación que venía incubándose desde hace meses.
La CSG es un impuesto especial concebido para intentar favorecer alguna forma de solidaridad entre generaciones, financiando en cierta medida las cuentas sociales del Estado. Los jubilados franceses se consideran víctimas de un incremento que consideran injustificado, en su caso. “Cuando se cobran mil o mil quinientos euros de pensión, mensuales, ese impuesto penaliza de manera abusiva a muchos jubilados”, comentan los portavoces de las asociaciones de pensionistas. Los sindicatos, por su parte, estiman que los jubilados franceses pierden o pueden perder varios centenares de euros, en unos ingresos anuales “muy mermados”. Se trata, a su juicio, de un empobrecimiento relativo pero continuado, desde hace varios años.
Asociaciones de pensionistas y sindicatos tienen este “pliego de cargos”:
-Revisión a la alza de las pensiones, que llevan varios años congeladas o revisadas muy mínimamente. Se trata del punto central de todas las protestas.
-Revisión o congelación, para los jubilados, de la CGS, cuyo aumento penaliza y recorta el poder adquisitivo.
-Medidas de urgencia para las instituciones y residencias víctimas de una crisis que lleva años incubándose.
-Ayudas directas o indirectas para los servicios de ayuda a domicilio de personas dependientes.
El movimiento de protesta de los pensionistas franceses ha crecido de manera significativa durante el último trimestre. Se trata de un movimiento de contestación de nuevo cuño, favoreciendo la unión de ocho sindicatos, a los que se han sumado organizaciones de muy diversa índole.
A las manifestaciones de protesta de los pensionistas, en París y una docena de ciudades de provincias, se han sumado representantes de gran número de establecimientos públicos y privados, clínicas, residencias de ancianos, hospitales especializados, a quienes varios informes parlamentarios califican de “personal maltratado” en los presupuestos del Estado.
En la manifestación de París, varios millares de pensionistas, entre los 60 y los 75 años, gritaban a coro frases de este tipo: “¡Macron, estás j., los viejos estamos en al calle!”. “¡Macron, jubílate, nosotros queremos nuestra pasta!”. “¡Macron, no te quedes con nuestra pasta!”. “Macron, no toques mi pensión”.
Según un sondeo publicado por Le Point, el 80 por ciento de los franceses creen que los jubilados son los más perjudicados por el gobierno de Macron.