Al igual que hicieran con el caso de Diana Quer, la Guardia Civil ha hecho un ejercicio de comunicación brillante y generoso con el caso del pequeño Gabriel Cruz. Aunque las actuaciones están todavía bajo secreto de sumario, el comandante de la UCO, Juan Jesús Reina, y el teniente coronel de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera, han comparecido durante una hora para detallar el día a día de la desaparición y asesinato de Gabriel Cruz.
Al enumerar el minuto a minuto de la operación, el teniente coronel Hernández Mosquera ha resumido el papel interpretrado por la acusada en la siguiente frase: «Creemos que deja la camiseta como un guiño a Ángel [padre del pequeño de ocho años]. Le daba esperanzas a Ángel. Ella quería mucho a Ángel. O decía que le quería. Y le daba esperanzas para que se continuase la búsqueda», ha dicho.
En ese tiempo, Ana Julia mantuvo al niño escondido hasta el momento en que, tras verse en peligro, quiso cambiarlo de sitio. Para entonces ya le habían tomado la matrícula: «Pensamos que ni ella sabía lo que hacía. No sabía dónde iba», ha resumido el teniente coronel Hernández Mosquera. «Al final iba repasando sitios conocidos... Pasaba y deambulaba... Porque de hecho pasó por Almería y no tenía por qué pasar por Almería para ir hasta Vícar. Iba al final un poco desorientada».
Frialdad y torpeza
Mucho se ha escrito y hablado en la prensa de la frialdad y los modos de Ana Julia, quien se ha sabido que tuvo al niño enterrado durante doce días y que, mientras guardaba el secreto, fingía dolor e interés por recuperarle. En este sentido, el comandante de la UCO, Jesús Reina ha definido a Ana Julia como «posesiva, egocéntrica y manipuladora».
«Es una persona con una frialdad máxima que mantiene una falta de preocupación por las otras personas –ha dicho ante los medios–. Es una persona posesiva, egocéntrica y, de alguna forma u otra, una persona a la que ciertas circunstancias que le son negativas le pueden provocar una ansiedad muy grande. Ese es un poco el perfil teniendo en cuenta además que consideramos que es bastante manipuladora».
El comandante de la UCO, visiblemente emocionado, no ha querido especular sobre por qué Gabriel apareció semidesnudo (en calzoncillos), pero sí ha ahondado en el retrato psicológico de la acusada. «Todo ha sido una farsa. Ha hecho una farsa delante de los medios y hacía una farsa cada vez que le decía a alguien que le acompañase al cortijo de Rodalquilar con ella. Todo era una cobertura».
