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El cruce de declaraciones entre Galicia y Valencia a cuenta de la financiación autonómica continúa. Este jueves, el presidente valenciano Ximo Puig ha tachado de «aberración» los acuerdos alcanzados por autonomías populares y socialistas en la cumbre de León. Y Alberto Núñez Feijóo, inspirador de esos encuentros, le ha dado respuesta, censurando las declaraciones «ofensivas» de su homólogo en la Generalitat.
El tira y afloja viene de lejos. Comenzó el presidente gallego señalando los 11.000 millones de euros condonados a Valencia por Hacienda, en concepto de intereses de deuda. Y el conflicto se ha prolongado en rifirrafes sucesivos hasta hoy. Puig, en la sesión de control en el Parlamento autonómico, ha avisado que no consentirá «lecciones» impartidas por el popular, y ha calculado que si Galicia recibiera la misma financiación que su gobierno, la deuda de la Xunta se habría disparado en 45.000 millones.
Feijóo, sin embargo, ha restado importancia al enfado del valenciano y lo ha circunscrito a las tensiones internas entre barones del PSOE. «No voy a entra en descalificaciones con presidentes de comunidades autónomas», ha añadido, sin dejar de blandir la cifra de las condonaciones: «Si le molesta que se le recuerde el dato, lo lamento».
La reunión de los presidentes de Asturias, Castilla y León, Galicia y Aragón ha levantado ciertas suspicacias dentro del Partido Socialista. Igual que Puig, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, cargó el pasado martes contra la articulación de este tipo de foros políticos: «No vale combatir los frentes cuando se trata de una comunidad como Cataluña, y estar haciéndolos en otras partes».
Es por eso que Feijóo, a preguntas de la prensa, ha insinuado que el foco del problema está entre «colegas» del PSOE, aunque ha aseverado que «nadie se debe enfadar» por llegar a acuerdos entre territorios (algo que debería ser habitual en política, ha remacarcado) y por poner encima de la mesa un documento que, entre otros puntos, apuesta por valorar el coste efectivo de los servicios en la nueva financiación, dedicar especial atención al envejecimiento o la Depedencia y elaborar un catálogo de prestaciones comunes. «Me sorprende muchísimo que un presidente sensato como el de Valencia diga este tipo de cosas ofensivas no solo para mí, sino para los cuatro de presidentes que firmamos esa declaración conjunta».