La Asociación del Whisky de Escocia (SWA, por sus siglas en inglés) lleva años con una ofensiva legal por todo el mundo para que la reputación de su whisky no sea utilizada por fabricantes de otros países. La última disputa la mantiene con una destilería alemana por el uso del prefijo glen en la marca de su whisky. Los productores escoceses defienden que solo lo pueden utilizar ellos.