Este jueves, el Athletic Club defenderá en San Mamés el 1-3 que labró ante el Spartak de Moscú en la ida de dieciseisavos de final de la Europa League. Sin embargo, y a pesar de la importancia del choque para los del «Kuko» Ziganda, la atención se ha focalizado sobre los miles de hinchas del conjunto ruso que han aterrizado en Bilbao en las últimas horas. La Ertzaintza baraja la posibilidad de que lleguen en torno a 2.500, dato que preocupa a las autoridades del territorio dado el largo historial de violencia que los ultras del club acarrean a sus espaldas.
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Momentos de tensión en Bilbao entre manifestantes antifascistas y aficionados del Spartak de Moscú
De hecho, la Policía autonómica ya sabe de qué madera están hechos los seguidores del Spartak, que el lunes protagonizaron varios altercados en Vitoria. La primera víctima fue un encargado de un establecimiento que recibió varios puntos de sutura por los golpes que le propinó un grupo de rusos. Previamente, el agredido les había llamado la atención por colocar pegatinas en la fachada del comercio.
Este fue tan solo un adelanto de lo que puede ocurrir hoy en la capital vizcaína, donde ya actúa un dispositivo coordinado por 500 agentes de la Ertzaintza, 100 de la Policía Local y 200 de seguridad privada contratados por el Athletic. Un plan «perfectamente coordinado» que, en palabras del viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, responde a la «preocupación e inquietud» que genera la visita de los ultras del Spartak. En cualquier caso, aconsejó a la ciudadanía de la Villa que no entre en provocaciones de los rusos.
Vasos de plástico
La llegada masiva de aficionados rusos también ha influido en el sector hostelero, que, a petición de la Ertzaintza, no servirá ningún tipo de botellín o vaso de cristal «en aquellas zonas donde se vayan a congregar un número importante de personas». Una medida que, según informó la Asociación de Hostelería de Vizcaya, parte con la intención de mitigar el daño de unos individuos que en el pasado protagonizaron «peleas multitudinarias y enfrentamientos con la Policía».
El temor a los ultras propició a su vez la cancelación de las asignaturas extraescolares de un colegio cercano a San Mamés, el Pureza de María, que aconsejó a los padres no llevar a sus hijos a clase.
