La eficiencia es otra de las cuestiones que el profesor Ferraro puso sobre la mesa en el grupo de trabajo sobre la reforma de la financiación autonómica. Ciudadanos es el único grupo que en sus conclusiones recoge expresamente la evaluación de las políticas públicas como medio para la sostenibilidad pública.
La consejera María Jesús Montero señaló en el grupo de trabajo: «Dudo que el estado del bienestar pueda ser más eficiente en educación, en sanidad o en prestaciones sociales de lo que lo ha sido en el año 2014. Y lo dice la comunidad autónoma que tiene el menor gasto corriente por habitante». Por parte de Cs, Juan Marín indicó que «nunca Andalucía como este año ha tenido tantos recursos en políticas sociales ni en sanidad, 9.800 millones sólo en sanidad. No es una cuestión de recursos, no hay recortes porque se haya subido la presión fiscal, al contrario, casi el 84% del Presupuesto está destinado a cubrir políticas sociales: educación, sanidad... Es decir, el problema es de gestión o, en este caso, de que hay demasiada grasa a lo mejor en las administraciones». Cs abogó por introducir la variable de «la eficiencia» a la hora de hablar de la distribución de los recursos.
El profesor Ferraro recordó que «los gastos no son cíclicos, no lo son ni los gastos de sanidad, ni los de educación, ni los servicios generales de la Junta». Ferraro relató que antes de la crisis hubo un «gran aumento de gastos». Sin embargo, a partir de 2009, «tuvo que reducirse. No obstante, hay que señalar que, en 2016, los ingresos son superiores a los que había ya lejanamente, en 2003, antes de la reforma de 2009».
«Cuando en Alemania el Tribunal Constitucional, a finales de los años 90, anula el modelo de financiación territorial alemán, lo hace a partir de un recurso de inconstitucional que presenta Baviera. Y Baviera, el argumento central que utiliza es el siguiente: 'Mire, cuando acabó la Guerra Mundial y se estableció este modelo de financiación, yo era la región más pobre de Alemania. Cuarenta años después, yo soy una de las dos regiones más prósperas de Alemania. Y esto lo hemos hecho con un modelo de financiación constante. Luego, quiero decir que con este modelo de financiación, una región ha podido pasar de ser pobre, en términos relativos alemanes, a ser ricos'. Si hay otras regiones que han seguido el camino contrario será porque no han administrado bien sus recursos; no por el modelo de financiación», explicó, a modo de fábula, Gabriel Elorriaga, inspector de Finanzas del Estado y profesor asociado del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, el que fuera uno de los principales asesores del Gobierno de Aznar.
Sobre la problemática de la eficiencia, Ferraro recordó que «estuve hace veintitantos años teniendo una responsabilidad en la Junta» y «lo que dejé puesto en marcha fue un sistema de evaluación que luego nunca se aplicó» porque «yo percibí dentro de la Junta muchísimo gasto ineficiente y mucho empleo ineficiente, por doquier. En las empresas privadas eso te lo resuelve el mercado» y «sin embargo, en la actividad pública puedes producir ineficientemente toda la vida y no hay sanción, el único mecanismo que hay es la evaluación de las políticas públicas. Y, desgraciadamente, a eso hay poca afición», dijo. «En Andalucía venimos haciendo básicamente la misma política turística desde hace décadas, la misma política industrial, la misma política de innovación, la misma política de atracción de inversiones, de energías renovables de toda la vida, etc.», señaló. «¿Se nos ha ocurrido alguna vez ver si esas políticas sirven? ¿Ha servido que durante 30 años estemos pagando, subvencionando, colectores planos para la energía solar? ¿Ha cambiado diferencialmente la capacidad de generación en Andalucía, y de creación de una industria importante? ¿Dónde compramos, comprábamos y seguiremos comprando los más elementales captadores de energía solar? Yo no se lo puedo decir, porque la política no tiene resultados de la evaluación, pero hay bastante evidencia de que muchas políticas que continúan en el tiempo un año tras otro, y que consumen muchos recursos presupuestarios, no son eficientes. Eso es fundamental. Desde el punto de vista de la financiación autonómica, es probablemente un filón más grande que el fraude. Si lográsemos dejar de hacer política que no sirve para nada o sirve para poco...», dijo. «No pensemos que el fraude es infinito», incidió, añadiendo que «donde podemos excavar bastantes más recursos» es «en la evaluación de las políticas». «Y eso sí es urgente y una buena fuente de financiación».