La oposición municipal de Alcalá de Guadaíra ha escenificado un paso más frente al «desgobierno» en el que consideran que la alcaldesa Ana Isabel Jiménez, ha sumido a la ciudad. En esta ocasión se trata de la solicitud de un pleno extraordinario para abordar la situación de la ciudad que califican de «parálisis» y del Ayuntamiento en el que auguran graves problemas económicos si no se toman medidas.
Primero fue la retirada de sus mociones para presentar una conjunta sobre la oferta de empleo público del Ayuntamiento, luego el voto en común para paralizar dos expedientes extraordinarios de crédito por valor de 3,5 millones de euros. Ahora un pleno extraordinario y avisan de que piensan seguir dando pasos «porque si la alcaldesa no gobierna, aquí hay quince concejales a los que nos duele Alcalá y que estamos dispuestos a tomar medidas», afirma el concejal del PP, Francisco Bautista, que ha ejercido de portavoz, por razones de veteranía en el cargo.
Los ediles que han hecho la declaración formal en la que proclaman la gravedad de la situación en Alcalá suman lo suficiente para una moción de censura. Por ahora no lo confirman, «son palabras mayores, no es algo fácil», pero dejan en el aire la posibilidad, «se contemplan todos los escenarios», «llegaremos hasta donde haya que llegar».
Ellos mismos afirman que el actual gobierno socialista de Alcalá ha logrado algo que es realmente difícil, por la división actual del pleno local: unir la disparidad de concejales que lo configuran. Apoyan la declaración, PP, Alcalá Puede, IU-AA, PA, Ciudadanos y dos concejales no adscritos.
El diagnóstico que hacen abunda en los problemas municipales: no hay presupuesto, no hay oferta pública de empleo para atender las demandas de funcionamiento de la administración, la situación económica del Ayuntamiento hace temer un nuevo plan de ajuste, existen retrasos en el pago de diversos apartados de las nóminas a los trabajadores municipales, que ayer se manifestaron por esta cuestión, no hay dinero para inversiones y la división del PSOE local se ha trasladado al gobierno local, donde hay concejales claramente enfrentados a la alcaldesa y donde ya se han producido cinco dimisiones en lo que va de mandato.
Pero además, explican desde la oposición, los problemas municipales causan perjuicios importantes en la ciudad que consideran está «paralizada». No llegan inversores, las empresas no se fijan en Alcalá para instalarse ni para construir, explican y culpan de ello a la situación del gobierno local. Y a todo ello se suma una tasa del 30 por ciento de población en riesgo de exclusión social.
La oposición recrimina además al ejecutivo de Ana Isabel Jiménez, su forma de gobernar, «sin dialogar y sin buscar acuerdos con los grupos políticos a los que necesita ya que está en minoría». Y evidencian que las mociones que se aprueban en los plenos municipales, algunas incluso con el voto favorable de los propios socialistas nunca llegan a realizarse en la práctica.
El último pleno contribuyó a fomentar el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición, como ellos mismos reconocen. El salón de sesiones se llenó de militantes del PSOE que interrumpían con gritos las intervenciones de los ediles que no eran de su partido, algo que la oposición ha calificado de «coacción intolerable».