Todas las zonas en las que se dividen las cuencas hidrográficas de Galicia han salido ya de la alerta por sequía y se encuentran en situación de prealerta, salvo las de los ríos Limia, Sil bajo y Cabe. De ello han informado los responsables de Augas de Galicia (competente en la demarcación Galicia-Costa) y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil al término de sendas reuniones de sus oficinas técnicas por la sequía.
Tras una reunión de la Oficina Técnica de la Sequía, el director de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez, ha desvelado que «todos los sistemas que permanecían en situación de alerta, pasan ya a prealerta», por lo que toda la demarcación Galicia-Costa entra en este estado.
Aunque «todavía» no se ha alcanzado una «situación de normalidad», la Xunta hace un balance positivo de diciembre y enero, pero esperará a conocer con seguridad la predicción para marzo y abril, que analizará en el próximo encuentro dentro de un mes, para determinar «cómo afrontar el verano».
«Seguimos haciendo un llamamiento a todas esas recomendaciones de consumo responsable y de uso razonable de nuestros recursos. El agua, ni siquiera en Galicia, es un recurso ilimitado. Debemos continuar con esa concienciación del uso responsable del agua», ha declarado.
Evolución
La reunión ha servido para analizar la evolución de las últimas semanas desde punto de vista meteorológico y en lo referente a la situación de los embalses y del caudal de los ríos. En el aspecto meteorológico, «diciembre y enero fueron meses que se comportaron de manera invernal», con un primer mes por encima de la media y un segundo en la media, que lo hace un periodo «tradicionalmente lluvioso».
«La previsión es que sigan llegando sucesivas borrascas desde el Atlántico», ha detallado Rodríguez, que ve «normalidad» en el capítulo de precipitaciones, a expensas de tener mayor certeza sobre la primavera y la manera en la que se afrontará el verano.
Los embalses avanzan «hacia la normalidad», con un 70 % de la capacidad total, un 13 % por encima del dato del año pasado en estas fechas, pero también un 13 % por debajo de lo normal en la última década. Mejoran los números en los embalses de abastecimiento, donde existe una situación de «normalidad absoluta» al estar al 75 %, número similar al de los últimos cinco y diez años.
El caudal de los ríos es «la parte que todavía está avanzando hacia la normalidad sin llegar a alcanzarla», con una «tendencia generalizada de mejora» que supone una «buena noticia», aunque se produce de manera «desigual». «En el norte es donde se registran las mejoras más significativas», ha continuado Rodríguez, que ve «los indicadores en verde» y a punto de estar en «una situación normal».
Cuencas del sur y del centro
Las cuencas del sur «también sigue esa tendencia a la mejora», con los ríos más importantes, el Oitavén y el Verdugo, cerca de la normalidad, y otros menos importantes, como el Grova, el Miñor y el Lagares, a menor ritmo, pero también en crecimiento. La mayor preocupación está en las cuencas del centro, las que estaban en alerta y pasan a prealerta, donde «la recuperación es más lenta».
Afecta, en especial, a la cuenca del río Mendo, que «es el que sigue más alejado de la normalidad», con unos datos ligeramente mejores en el resto de la zona. Evolucionan de forma favorable los ríos Castro, Xallas, Tambre y se mantiene especial vigilancia en ríos menores como el Arnego y el Furelos, que «van un poco más despacio», ha zanjado.