Valencia, partido de vuelta de semifinales de Copa, eliminatoria ajustada... y André Gomes titular. Otra vez. Otra oportunidad para el portugués. No recuerdo haber visto otra cosa igual. Parecía que la presencia del centrocampista era una obsesión de Luis Enrique, puro empecinamiento del asturiano, pero llega Valverde y más de lo mismo. Abran el contenedor porque los 45 minutos del portugués en Mestalla se pueden tirar directamente a la basura. Y el contenedor del tipo que costó cerca de 50 millones de euros está hasta los topes. Si usted es aficionado culé, hágase esta pregunta. ¿Cuando hizo André Gomes un buen partido con el Barça?. Mi memoria, de la cual presumo, me dice que su mejor día fue en la pasada final de Copa ante el Alavés, actuando de lateral por la lesión de Mascherano. Ese es su bagaje tras temporada y media de azulgrana. El caso es todavía más sangrante de lo que parece. Lo es porque es un jugador con cualidades de sobra para triunfar: maneja las dos piernas, tiene buen disparo, potente zancada y cambio de ritmo y supera líneas con relativa facilidad. No, no me he vuelto loco. Ese era el André Gomes del Valencia, pregunten en Mestalla. Ese, en ocasiones, es el André Gomes de la selección portuguesa. Pregunten a nuestros vecinos. Superada la habitual excusa del periodo de adaptación, lo de André Gomes ya no hay por donde cogerlo. En Mestalla hubo jugadas en las que hasta sus compañeros parecían no querer pasarle el balón. Entre las cuatro competiciones suma casi mil minutos esta temporada. ¿Alguien recuerda algun partido reseñable del portugués?. La paciencia tiene un límite. La de la afición parece agotada, veremos cuánto dura la de Valverde.
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