El Centre de Convencions Internacional de Barcelona ha sido escenario este mediodía del acto central de campaña del PSC, ante más de cinco mil personas -el mayor mitin electoral de los socialistas catalanes desde 2010-, para el que se han movilizado hasta 70 autobuses desde todas partes del territorio catalán.
Toda una demostración de fuerza frente a otras candidaturas, a sólo cuatro días de las elecciones catalanas, que ha sido secundada por rostros eminentes del socialismo español como el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente catalán José Montilla o el expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell, entre multitud de dirigentes.
Con una gigantesca 'senyera' como telón de fondo, sobre la que destacaba el lema "Iceta president" en enormes dimensiones, el candidato socialista se ha erigido en el único garante del "catalanismo" que puede evitar el "caos" independentista y el "giro a la derecha" que supondría Cs.
Entre una gran ovación, Iceta ha afirmado que su candidatura representa "el catalanismo de toda la vida, de Josep Tarradellas, el catalanismo del trabajo bien hecho, que pretendía levantar Cataluña y quería honrar a abuelos y padres. Ese catalanismo basado en el trabajo, en los valores, la negociación, el pacto, los avances, el catalanismo basado en el europeísmo y la legítima voluntad de influir en la política española. ¡Ese catalanismo es el nuestro!".
Reivindicando su papeleta como la única "para la solución", Iceta ha alertado del peligro del "PP y su media naranja", en alusión a Cs, que supondría irse a la "derecha, menos autogobierno, peor financiación y menos políticas sociales", e incluso ha tildado a Albert Rivera de "demócrata de pacotilla" por decir que los votos que no fueran a su partido eran votos tirados a la basura.
Una opción la de PP y, sobre todo, Cs, que para el candidato socialista "no tiene mayoría en Cataluña ni posibilidad real de ofrecer una alternativa al independentismo", por lo que, ha avisado, "si no queremos la independencia ni un giro a la derecha, hace falta concentrar el máximo voto de izquierda en la candidatura del PSC".
"Quiero ganar. La victoria es posible", ha aseverado Iceta, que se ha ofrecido pues como la única "alternativa" factible a Oriol Junqueras (ERC) y Carles Puigdemont (JxCat) y para iniciar la "reconciliación" en Cataluña y con el resto de España y la UE.
Para lograr ese triunfo, Pedro Sánchez ha pedido concentrar el "voto útil" en Iceta: "El único voto de izquierdas es socialista. Reivindico que no haya más conflicto, ni crispación ni sufrimiento de las familias catalanas. Cataluña reclama convivencia, concordia y diálogo, Cataluña necesita la mano izquierda de Iceta".
El líder del PSOE ha apelado a la "mayoría cautelosa" que está "reflexionando" sobre a quién votar y ha insistido en pedir "el voto útil para formar un gobierno útil de concordia, convivencia y reconciliación entre catalanes" que representará Iceta.
Y la mano dura contra el independentismo la ha escenificado el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que ha lamentado que la "visión limitada" del expresident Carles Puigdemont haya dado una mala imagen de Cataluña a nivel internacional, donde hubo "unanimidad" en el rechazo a la declaración unilateral de independencia (DUI).
"Si uno da un repaso a los grandes problemas geopolíticos del mundo, solo encontrará uno en el que haya unanimidad: nadie ha considerado ni serio ni admisible la declaración de independencia de los catalanes", ha afirmado, llamando a recuperar el respeto a "la pluralidad y la diversidad" para que, como establece la democracia, "gobiernen las leyes y no los hombres a su capricho y su arbitrio".
"Afortunadamente, la democracia, que es un sistema sabio, ya puso en claro que ningún hombre debe estar por encima de la ley. Da igual que vaya en busca de una república, que esté en Bruselas o que esté donde esté. Primero las leyes y después la voluntad de los gobernantes", ha resuelto Zapatero.
También contundente ha sido Josep Borrell, al acusar al independentismo de haber elevado el debate sobre el conflicto catalán hasta un ámbito "religioso".
"No podemos aceptar cuando alguien dice que si mi partido pierde las elecciones, como hace el capellán Junqueras, no será un problema de mi partido, sino que será un problema de Cataluña y habrá perdido su dignidad. Esto es una actitud predemocrática. Tampoco que se diga que se tiene que escoger entre el bien y el mal, porque esto es medieval y de antes de la revolución francesa", ha sentenciado.
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