Siguen aumentando las agresiones al personal sanitario en la Comunidad. Así lo desvelaba el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, quien no obstante, señalaba que una de las principales causas es la mejora realizada en el registro, que ha provocado que se conozcan más incidencias. Y es que en lo que va de año, el número ha alcanzado las 381, en los que se han visto afectados 463 profesionales, y que supone un incremento del 22 por ciento respecto a las mismas fechas del pasado año.
Unos datos de los que informaba el consejero, momentos antes de presidir el Observatorio de Agresiones, a la que se incorporan efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, tras la creación el pasado mes de octubre de la figura del Interlocutor Policial Sanitario en todas las provincias de la Comunidad.
Del total de agredidos, el 85 por ciento de los casos fueron mujeres, un total de 397, y por categorías profesionales, 175 fueron médicos; 150 profesionales de enfermería; 78 técnicos auxiliares de Enfermería; 14 celadores y 46 otro tipo de personal.
Sáez Aguado reveló que 273 agresiones se produjeron en hospitales y 184 en centros de Atención Primaria, y que el 16 por ciento de los casos fueron agresiones físicas, de las que el 55 por ciento se produjeron en el área de Psiquiatría.
Entre las principales causas, la directora general de profesionales de la Gerencia Regional de Salud, Concha Nafría, indicaba que la disconformidad por el servicio prestado y el tiempo de espera, acaparan el mayor porcentaje de los casos, con el 31 y el 30 por ciento, respectivamente, seguido por el trastorno psíquico del agresor (21 por ciento) o causas relacionadas con el alcohol y la drogadicción (7 por ciento). Además, desde que la agresión al personal sanitario se tipificó como delito de atentado a la autoridad en 2005, se han dictado un total de 187 sentencias condenatorias, 54 de ellas por atentar contra la integridad física de un funcionario público, de las que 11 se han dictado a lo largo de este año.
Por otra parte, el consejero explicaba que un 57 por ciento de los profesionales sanitarios no denuncian este tipo de agresiones, aunque «sí que ha aumentado notablemente el número de personas que lo han hecho durante el último año». Las razones que argumentan los distintos profesionales tienen que ver por que consideran que denunciarlo no sirve para nada (32 por ciento); un 30 por ciento «por que no le parece importante» y un 20 por ciento por no conocer el procedimiento.
