La reorientación estratégica del independentismo pasa por aparcar los plazos para lograr la ruptura con el Estado y centrar todos los esfuerzos en conseguir complicidades a nivel internacional y ensanchar la base social. Para lograr el primer objetivo, se han puesto manos a la obra desde el primer minuto, y el próximo 7 de diciembre, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, organizarán una movilización por las calles de Bruselas para abroncar a la Unión Europea por apoyar al Gobierno español durante el desafío secesionista.
Bajo el lema «Europe Wake up! Help Catalonia», exigirán a la UE, en palabras del líder de Òmnium, Marcel Mauri, que «espabile» y «deje de dar la espalda a un problema que no es interno sino europeo». «Tenemos la voluntad de decirle a las instituciones europeas que esta vez no han estado a la altura», añadió Mauri, con ese tono crítico que ya empleó el ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante las últimas fechas, cuando ha visto cómo Europa obviaba sus demandas y cerraba filas con el Estado.
De esta manera, también, será una forma de seguir trabajando por internacionalizar su causa y ganarse algún guiño de alguna autoridad europea o de algún país, ámbito en el que todos los intentos han sido frustrados. Si bien, todas esas tentativas se han cursado por vías diplomáticas, y ahora el secesionismo lo va a probar a través del campo en el que más exitos ha logrado y mayor repercusión ha tenido: la calle. Para ello, ambas organizaciones han fletado hasta cinco vuelos, tres del aeropuerto de El Prat, uno desde Lleida-Alguaire y otro desde Girona, y saldrán autobuses desde 70 puntos de toda Cataluña, aunque el número de vehículos todavía está por determinar.
En todo caso, y como anticipo, el líder accidental de la ANC, Agustí Alcoberro, aseguró ayer en rueda de prensa, que todos los vuelos comerciales para esos días ya están completos y los hoteles están «colapsados» a 40 o 50 kilómetros de la capital belga. Si bien, y pese a que la voluntad es que la concentración sea «masiva» y se convierta en la más multitudinaria de los últimos años celebrada en la ciudad, los líderes independentistas no se atrevieron a dar hipotéticas cifras para cubrirse las espaldas, aunque esperan rebasar los 10.000 asistentes.
La previsión de la jornada pasa por organizar un recorrido por las calles de Bruselas, que terminará en un acto con actuaciones de «castellers», intervenciones de eurodiputados y parlamentos de los responsables de las entidades separatistas. No obstante, ni ANC ni Òmnium cuentan todavía con la participación de los partidos independentistas en este acto ni con la de Puigdemont y los ex consellers fugados a Bruselas. Según los organizadores, contactos ya han habido con el ex president, pero éste todavía no ha dado ninguna respuesta.
Asimismo, Mauri también expresó que se pretende seguir con la campaña de desprestigio a la democracia en España, asegurando que explicarán que «está en peligro» después de las últimas respuestas que ha dado el Estado al «procés». En cualquier caso, esto se llevará a cabo en los parlamentos, ya que no está prevista ninguna recepción.
