Tiene 18 años, acaba de empezar el grado universitario y ha obtenido unas notas excelentes durante el Bachillerato. Jacobo Fructuoso Urrea es uno de los aspirantes a obtener el Premio Ussía al mejor expediente académico del año.
Mucha dedicación y fuerza de voluntad, así como una gran capacidad de superación, es lo que caracteriza el expediente de Jacobo. Originario de Madrid, obtuvo un 9,738 de nota media.
Tras dar por cerrado su paso por el Colegio Sagrado Corazón Reparadoras, en Majadahonda, Jacobo emprendió su aventura universitaria en la Universidad Carlos III, donde estudia Ingeniería Biomédica. ¿Tenía claro lo que quería estudiar una vez terminara el instituto? Sorprendentemente, no. «Al principio quería ser diplomático», recuerda, entre risas. No obstante, tras realizar el bachillerato científico, sintió un gran apego por la Biología.
El madrileño sigue cosechando resultados brillantes sin haber tenido que renunciar por ello a otras actividades como la cocina o el atletismo, una de sus grandes pasiones. Entrena de forma diaria y quiere ser como Van Niekerk, el atleta sudafricano. «Ostenta el título olímpico en 400 metros lisos y lo ha logrado con mucho esfuerzo». Para él, combinar sus hobbies con su jornada de estudio no tiene ningún misterio más que dedicarle «unas horas». Eso sí, lo primordial es mantener el interés. «La curiosidad por lo que estudias es lo más importante», sostiene.
Una beca como la que concede LA RAZÓN supone una gran ayuda. Jacobo quiere destinarla a costearse un Erasmus y continuar sus estudios de Biomedicina fuera de España, porque no ha contado con mucho tiempo para viajar. «Mis destinos preferidos serían Japón o China, porque me llama mucho la cultura oriental, y su forma de trabajar».
