Leo un libro de Weigel llamado "cartas a un joven católico". La impresión es que el joven debe tener más de 20 años, pero hoy la juventud dura hasta los 50..., por tanto no lo desechen los mayores.
Viene a decir que el cristianismo no es algo demasiado espiritual, sino muy material, un materialismo cristiano, como decía Escrivá. Newman se tomaba una copita de brandy antes de dormir, Chesterton tuvo sus mejores ideas y discusiones sobre el mundo y la religión en un pub inglés, bebiendo buena cerveza y comida.
No hay bautismo sin agua, ni eucaristía sin pan y sin vino, desde que Cristo se hizo hombre todo lo humano tiene una dimensión en Cristo. Toda la historia personal y del mundo, las obras de arte, las culturas, la música, el cine, la literatura es historia, historia de la salvación. Ser cristiano no es apartarse del mundo, para algunos sí, sino acoger todo lo humano noble y bueno, todo, todo es divino.
El cristianismo está en los santos lugares, en la tumba de Pedro documentada, en las reliquias de los mártires. “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer en una sola carne”, podía haber dicho espíritu. Los espiritualismos radicales aparecen de continuo y cíclicamente en la Iglesia y no son buenos.
Tiene gracia, aunque es muy grave: se empieza negando a Dios, se niega el espíritu humano y al final se niega lo más material, la propia corporalidad y sexo; la muy dañina ideología de género va por ahí.
Por eso necesitamos un Papa para ver a Cristo, el testimonio, la amistad, la pasión para ser cristianos.
Merece la pena.
