El director de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), Francisco Valencia, considera que la emergencia humanitaria en Venezuela ha llegado al punto de convertirse en una política de estado.
“No dan respuesta, hay un silencio absoluto y vergonzoso ante esta situación. Recientemente con estos reportes de pérdidas de órganos por falta de medicamentos, fallecimientos, manifestaciones y nada, hay un silencio absoluto como si todo estuviese perfecto. En Venezuela hay una política de Estado que ha asumido así no decir nada”, aseveró.
Señaló que el gobierno de Nicolás Maduro, con esa actitud, lo que logra es sentenciar silenciosamente a muerte a los ciudadanos.
Por su parte, la nutricionista venezolana y activista de los Derechos Humanos, Susana Raffalli, explicó la diferencia entre crisis humanitaria y emergencia humanitaria. “Se diferencia por tres cosas bien claras, la primera es la escala del daño cuando el número de personas afectadas ya es masivo, la segunda es la demostrada incapacidad del estado para controlarla… Y la tercera es que es incontenida, a este nivel la emergencia humanitaria en Venezuela la podrán encubrir, pero no contenerla”.
Raffalli advierte que no existe límite en cuento al empeoramiento de la situación humanitaria.
“Dejamos atrás en febrero el umbral que establece la OMS de crisis humanitaria que es el 10 % de niños con desnutrición aguda, ya estamos en 15.2 %... Si no baja es porque entramos en un espiral de mortalidad”, explicó la experta.
Estiman que al menos unos 180 mil niños venezolanos sufren de desnutrición aguda, “para el manejo de esto necesitamos no perniles, ni combo hallaquero, ni una caja con caraotas y una harina… Se necesitan suplementos nutricionales en todos los dispensarios, fórmulas terapéuticas, vitaminas y minerales para embarazadas”, indicó Raffalli.
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