Lobo nació con una montaña de papeles bajo el brazo. El inusual nombre no se adecuaba a las normas del registro, pero sus padres recurrieron y Lobo acaba de cumplir 16 meses.
Es uno de los 50 conflictos que se dan al año en España a la hora de inscribir a un niño. Chispa, Stalin, Caín, Judas o Messi son otros nombres rechazados, aunque los hay más fantásticos.
La ley del registro civil se rige por el principio de libertad, pero existen restricciones. La principal, si el nombre o el apellido atenta contra la dignidad de la persona.
Tampoco se pueden poner más de dos nombres a la vez, sólo la Familia Real tiene ese privilegio y si se induce a error de género también se rechazan.
Además, si el progenitor está condenado por violencia de género, la ley permite que los hijos destierren el apellido paterno.