Un ambiente nublado y polarizado es el que vive por estos días la política colombiana. La razón; la aplicación de la Jurisdicción Especial para la Paz, mecanismo judicial del sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición acordado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC pasa por uno de sus momentos más críticos.
La falta de consenso al interior del congreso de la república ha dilatado cada vez más que se logre aprobar. Pero a eso hay que sumarle la falta de quórum en el senado que ha predominado por estos días como consecuencia del rechazo de partidos como el Centro Democrático, Cambio Radical e incluso el Conservador que en un momento apoyo el acuerdo pactado en la habana.
Bajo este panorama, el gobierno ha planteado una serie de alternativas, siendo una de ellas, la que más polémica ha generado. Declarar un estado de conmoción para la aplicación de los proyectos estancados en el congreso.
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