Pese a que la estrategia del Govern pasa por desacatar el cese impuesto por el Estado y que sus miembros continúen acudiendo a sus despachos a trabajar, lo cierto es que van a tener difícil conseguir esa instantánea desde hoy. Según han señalado diversas fuentes de los Mossos d’Esquadra a LA RAZÓN, los agentes policiales que se encuentran en los accesos del Palau de la Generalitat y de las distintas consellerias no podrán permitir la entrada de Carles Puigdemont ni de los demás componentes del Ejecutivo catalán a los que fueron sus lugares de trabajo hasta el viernes, cuando las destituciones fueron publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Según las mismas fuentes, la orden que recibieron ayer de retirar la fotografía de los miembros del Govern destituidos de comisarías y edificios oficiales de los Mossos d’Esquadra, junto a la retirada de los escoltas del viernes, indica ostensiblemente el «trato» que deben dar a partir de ahora a Puigdemont y el resto de su gobierno: «No se les reconocerá legitimidad como Govern». De esta manera, los policías que siempre están en la puerta de sus respectivos edificios, que han recibido también una instrucción oral, «sólo podrán permitir su acceso si reciben una orden de sus mandos. Mientras no la tengan, no podrán dejarles entrar».
Ahora bien, estas voces apuntan que la única excepción para que puedan pisar sus despachos es para «recoger sus pertenencias». En ese caso, «se consultaría por parte de los agentes de vigilancia con sus superiores sobre la forma de actuar para no vulnerar los preceptos legales y atender en lo posible estas peticiones».
En cualquier caso, en el seno del cuerpo policial, la sensación que planea es de «confianza» en que los propios ex dirigentes de la Generalitat no les coloquen en situaciones comprometidas. Según explican, se confía «en su buen criterio» para que no fuercen escenas que puedan derivar en la comisión de delitos, aunque precisan, que si se llega a ese extremo «actuarán en consecuencia».
En este sentido, apuntan a «usurpación o suplantación de cargo público», lo que supondría que continúen actuando ejecutivamente con la firma de órdenes, decretos o instrucciones. En cambio, si tratan de acudir a sus despachos será un gesto que entrañaría escaso peso jurídico y tendría un carácter más simbólico.
Eso es a lo que aspiran los ex miembros del Govern. El plan pasa por seguir exhibiéndose como componentes del Ejecutivo catalán a partir de hoy como gesto de resistencia y no reconocimiento del marco constitucional. La instántanea idónea sería forzar un desalojo, pero todo apunta a que no la lograrán porque los Mossos d’Esquadra no les permitirán el acceso a sus despachos. Este fin de semana no han tenido ningún acto en agenda, aunque Carles Puigdemont no dudó en reivindicarse en el cargo con un mensaje grabado desde la delegación de la Generalitat en Gerona y emitido por TV3, en el que reclamó plantear oposición a los ceses derivados de la aplicación del artículo 155 y seguir trabajando por la construcción de la república catalana. Josep Rull, ex conseller de Territorio, también actuó de forma parecida. Acudió en calidad de «conseller» a un acto público, que conmemoraba el centenario de la llegada de los ferrocarriles a Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
En contraste, por el momento, los que sí han acatado la destitución han sido los anteriores mandos de los Mossos d’Esquadra. Tanto el director general, Pere Soler, como el Major, Josep Lluís Trapero, asumieron el cese y se despidieron entre el viernes y el sábado. El relevo de Trapero corrió a cargo de su número dos, el comisario Ferran López.
Mientras tanto, fuentes próximas al Ministerio de Interior, que se ha hecho cargo de las funciones de la Conselleria de Interior, aseguran que se ha transmitido a los Mossos que su actuación debe guiarse «por los criterios de normalidad, mínima intervención (cuando sea indispensable) y total confianza». En todo caso, esperan que todo el Gobierno catalán y su personal de confianza cumpla con los ceses publicados en el Boletín Oficial del Estado.
Por el momento, los mossos recibieron ayer una orden interna para retirar de todas sus comisarías las fotografías oficiales del hasta ahora presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y en su caso de cualquier miembro de su Govern, siguiendo el procedimiento habitual cuando hay cambios en el Ejecutivo.