En las legislativas de ayer, el presidente conservador Mauricio Macri afrontó su primer reto en las urnas desde que asumió la presidencia en 2015, con la renovación parcial de la Cámara de Diputados –127 escaños– y del Senado –24 asientos–. El único nubarrón para el Gobierno surgió a raíz del caso Maldonado que complicó el escenario sobre todo en Buenos Aires, el distrito de mayor peso electoral y donde su rival la ex presidenta Cristina Fernández se jugaba su supervivencia política. Fernández no sólo peleaba por su regreso a la política con un escaño en el Senado, sino la fuerza de su liderazgo en la izquierda argentina. Hasta la irrupción del caso Maldonado, el interés residía en la líder peronista.
Las causas de la muerte del joven artesano y tatuador todavía no han sido determinadas. Murió tras participar en agosto de una protesta de indígenas mapuches. Estuvo desaparecido durante más de dos meses, y apareció junto a un río, aparentemente ahogado, aunque activistas culpan a las Fuerzas de Seguridad de su muerte. Pese a la conmoción nacional, la jornada electoral transcurrió con normalidad durante la jornada el la que 33 millones de votantes estaban convocados.
«Todo está normal, las autoridades de mesa han comenzado su trabajo. Nada nos hace ver que haya alguna situación de tensión», explicó Horacio Rodríguez Larreta, jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El presidente argentino fue a votar en medio de un fuerte operativo de seguridad y habló respecto al caso Maldonado. Reiteró sus condolencias para la familia del joven hallado en el río Chubut. «Como les dije desde un principio a todos los argentinos: prudencia, dejemos trabajar a la Justicia ya en los últimos días se ha empezado a generar luz y verdad sobre lo que ha pasado y en las próximas semanas terminaremos de saber definitivamente qué fue lo que pasó», afirmó.
Por su parte, la ex presidenta Cristina Fernández no votó en estos comicios legislativos, donde es candidata a senadora nacional, por tener domicilio en Santa Cruz (sur de Argentina) y siguió la jornada desde su búnker porteño denominado Instituto Pátria, donde, aseguraba, montó un «centro de cómputos paralelo» al oficial. El peronismo estaba preparado para luchar voto a voto.
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal –la cara más visible de la campaña oficialista y futura presidenciable–, pidió «que todos los bonaerenses aprovechen y que digan lo que piensan a través del voto, ir a votar, hacerlo en paz y en tranquilidad como lo están haciendo en toda la provincia».
La provincia de Buenos Aires se ha convertido en el principal campo de batalla entre Cambiemos y los Kirchner. La ex presidenta argentina aspiraba a imponerse sobre el candidato del Gobierno, Esteban Bullrich, y coger oxígeno de cara a las presidenciales de 2019. Con un 37% del electorado, la provincia ha sido un feudo tradicional del peronismo, pero en la actualidad está gobernada desde el macrismo después de que Eugenia Vidal obtuviese un 39,89% de los sufragios en las elecciones generales de 2015. Pese a los reiterados desmentidos de la ex presidenta argentina, muchos analistas ven en estas legislativas un primer paso de Cristina Fernández para intentar arrebatar a Macri la Casa Rosada.
