Carlos Caballé no sólo ayudó a cantantes concretos, como a su hermana Montserrat , entre otros tantos, sino que posicionó a España como potencia vocal seria, tras décadas de complejo de inferioridad frente a Italia y Alemania. Hizo del Liceo de Barcelona un teatro respetado internacionalmente. Creó confianza entre teatros, agentes y directores. Protegió voces frente a la explotación. Hoy una figura como la suya ya no existe: fue sustituida por managers financieros, no artísticos, como Herbet Breslin, que convirtió a Luciano Pavarotti en una marca global pero al precio de exponerlo como a una mona de feria en televisiones y festejos y quemar su carrera prematuramente. Si managers como Berslin asumieron que la voz es un recurso finito que...
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