Las operaciones de la Patrulla Fronteriza estadunidense realizadas esta semana en el condado de Kern, California, resultaron en docenas –o quizá cientos– de arrestos de migrantes, principalmente indígenas mexicanos que no hablan inglés, y ni siquiera español, según defensores de los migrantes en el estado.“Nos referimos a decenas de personas que intentamos localizar en los diferentes centros de detención, pudieron enviarlos a cualquier lugar del país [y hoy mismo] están desaparecidos”, dijo a MILENIO el líder jornalero Luis Magaña, coordinador de Trabajadores Agrícolas de California (OTAC), una de las más activas en el Valle de San Joaquín y quien advirtió que el terror entre la comunidad está vigente porque los agentes continúan en la zona.La Fundación UFW, que lleva lustros apoyando a trabajadores agrícolas, estimó que 192 personas han sido detenidas en el condado de Kern, solamente entre el lunes 6 y el martes 7 de enero, y que podrían estar en el Centro de Detención Golden State Annex o en el condado Imperial, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México. “Es probable que esa cifra aumente a medida que se realicen las operaciones esta semana”, dijo a la prensa local Leydy Rangel, directora de comunicaciones de la Fundación de Trabajadores Agrícolas Unidos Rangel.Alarma entre trabajadores y empleadoresDe acuerdo con testimonios recopilados por las organizaciones y por MILENIO, las “redadas” alarmaron a los residentes, las familias de los migrantes y la agricultura de la región, una de las más importantes en Estados Unidos, cuando agentes desde el 7 de enero se apostaron en los pequeños poblados de Taft, Lamont, Arvin y otros.“Y ahí siguen: cerca de centros comerciales, en tiendas, gasolinerías o donde los migrantes van a comprar sus comidas o desde donde salían a trabajar”, detalló Magaña. “Están por la [calle] Panamá, enfrente del Green Iawn Cementery, en el cruce con la 5”, describió a este diario Francisca A., en una denuncia anónima.“También en el Fiesta Market”, agregó Roberto C., en referencia a un mercado de productos frescos y abarrotes para los consumidores principalmente de origen mexicano o “hispano”.El presidente electo Donal Trump, quien tomará posesión en los próximos días, prometió encabezar como autor intelectual la deportación de migrantes irregulares más grande de la historia de Estados Unidos.El Departamento de Policía de Bakersfield confirmó que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, sus siglas en inglés) notificó que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (ICE, por sus siglas) realizaría operaciones en Bakersfield.Sin embargo, Tony Botti, vocero del Departamento del Sheriff del Condado de Fresno, reconoció públicamente que no estaba al tanto de ninguna operación de la Patrulla Fronteriza en el condado porque los agentes federales no tienen la obligación de informar a las autoridades locales sobre sus operaciones.“Creemos que los republicanos quieren mandar un mensaje previo a la toma de posesión porque desde hace 20 años el ICE no operaba mostrando sus uniformes, sino discretamente, se vestían de civiles y ahora andan mostrando su ropa de la migra”, observó Magaña.“Además, ahorita no hay mucha cosecha de frutos, hacer un operativo no provoca pérdidas para los granjeros, por falta de trabajadores, pero sí da respuesta a lo que esperan los seguidores del nuevo presidente”.“Espectáculo político”Entre quienes apoyaron a Trump para que volviera al mando fue la Liga de Agricultores de San Joaquín, que incluso aceptó propaganda en sus terrenos aunque era una contradicción que los patrones apoyaran una política que no era beneficiosa para sus trabajadores, agrega el activista.El codirector de la Colaboración de California para la Justicia de los Inmigrantes, Edwin Carmona, coincidió con Magaña en el sentido de que se pretende enviar una señal del tipo “estamos trabajando”, por lo que acusó a ICE de hacer un “espectáculo político”.El Valle de San Joaquín sufrió en los años setenta y noventa del siglo pasado algunas de las persecuciones de indocumentados más crueles que ha vivido el campo estadunidense, con redadas que provocaron varias muertes. Eso sucedió hasta que el Congreso estatal prohibió la incursión de agentes del ICE en propiedad privada.“Esperemos que esto sólo sea coyuntural porque si no, sería mortal volver a esos tiempos horribles en que andaban siguiendo a los migrantes para golpearlos si ponían resistencia: hubo muchos ahogados en ríos, canales de irrigación, era algo terrible desastroso como actuaba la ‘migra’”, recuerda con amargura Edwin Carmona. En los últimos años, California sumó varias ciudades que se declararon “santuario”, o sea, que la policía local y otras entidades estatales no detienen ni entregan a gente por su estatus migratorio.Sin embargo, la protección no es absoluta: el gobierno federal mantiene la autoridad para hacer cumplir las leyes de migración y puede operar independientemente con apoyo de aliados republicanos, según cada ciudad.El Valle Central californiano ha pasado en las más recientes elecciones de ser una región demócrata a un incremento de votantes republicanos que han dado el poder a simpatizantes de Trump; entre ellos, las autoridades del condado de Kern. Hasta el momento, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) solo ha comentado de manera general que “realiza arrestos selectivos de personas involucradas en el contrabando en todas nuestras áreas de operación como parte de nuestros esfuerzos por desmantelar las organizaciones criminales transnacionales”, pero no habló de algún caso en particular. Arropados en el pretexto de combate al crimen, las autoridades federales se adelantan a –o quieren evidenciar que cumplen– uno de los designios que Trump estableció como eje principal de su campaña: la deportación masiva.