El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, viajó el jueves a la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, para discutir con los representantes de unos 50 países que apoyan a Ucrania las necesidades de su país en materia de defensa, once días antes de la llegada de Donald Trump a La Casa Blanca.
La reunión en Ramstein, la número 25 desde que Estados Unidos introdujo el mecanismo de coordinación multilateral de ayuda militar para el país invadido, podría convertirse en la última dadas las poco claras intenciones de Trump.
A pesar de posibles cambios, Ucrania y sus aliados necesitan trabajar juntos para fortalecer a Ucrania y llegar a una paz duradera y justa, subrayó Zelenski.
“No importa lo que pase en el mundo, todo el mundo quiere estar seguro de que su país no será borrado del mapa… Hemos recorrido un camino tan largo que sería una locura rendirse”, subrayó.
Los participantes buscaron eliminar parte de la incertidumbre relacionada con el cambio de poder en los EE. UU. al acordar una hoja de ruta para apoyar la defensa de Ucrania en ocho áreas clave, como artillería, vehículos blindados de combate, drones y aviación, hasta 2027.
El presidente ruso, Vladímir Putin, no tiene interés en que termine la guerra y solo duplica su esfuerzo para "destruir" a Ucrania así como debilitar a Occidente a través de la "agresión híbrida", subrayó Zelenski.
Ucrania seguirá invirtiendo en la producción de drones, para mantener al enemigo lejos, pero necesita más sistemas de defensa aérea, incluidas las prometidas hace mucho tiempo por sus aliados, para proteger más vidas de los ataques diarios con misiles, bombas y drones rusos.
El miércoles, 120 civiles resultaron heridos y 13 murieron en el bombardeo ruso de la ciudad ucraniana de Zaporiyia. Al menos dos potentes bombas aéreas guiadas provocaron múltiples incendios y mataron a personas que caminaban por la calle o viajaban en automóviles y transporte público en una calle central.
“Estamos hablando con EEUU sobre la obtención de licencias para la producción de sistemas de defensa aérea y misiles en Ucrania”, reveló Zelenski, señalando que este paso sería parte de las garantías de seguridad ante la amenaza rusa.
“Si queremos detener las matanzas, tenemos que cortarle el dinero a Putin. Putin sólo pensará en la paz cuando se haya quedado sin dinero", subrayó además. Instó a los socios a intensificar las sanciones contra las exportaciones de energía de Rusia y su "flota fantasma".
Según Zelenski, la posible presencia de soldados extranjeros en suelo ucraniano (mencionada por primera vez por Francia) también podría ayudar a acercar la paz.
“Tenemos que ser valientes”, enfatizó y señaló que muchas amenazas rusas resultaron ser engaños, especialmente después de que los ucranianos entraron en la región de Kursk hace más de 5 meses y donde unos 4 mil soldados norcoreanos han muerto o resultado heridos.
La Unión Europea está dispuesta a asumir el liderazgo en la asistencia a Ucrania en ausencia del apoyo de Estados Unidos, afirmó Kaia Kallas, la diplomática jefe de la UE.
«El mundo entero está observando», aseguró también el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. «No debemos olvidar que hay un contexto geopolítico en juego», señaló, refiriéndose a las repercusiones que la posible victoria de Rusia puede tener en las acciones de Irán, Corea del Norte, China y Rusia.
Hay que hacer todo lo posible para que Ucrania tenga lo que necesita en términos de entrenamiento y equipamiento para prevalecer en esta lucha, subrayó, así como distribuir esta carga equitativamente entre los socios del país invadido.
"La supervivencia de Ucrania está en juego. Como toda nuestra seguridad", enfatizó también el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, e instó a los socios a continuar a ayudar a Ucrania y "asegurarse de que Putin no gane".
