La denuncia de una chica que llegó a la Comisaría de Policía Nacional de Burgos asegurando que desde hacía cuatro años, cuando ella tenía 14 , un varón había estado exigiéndole fotografías sexuales , fue la pista y el hilo del que comenzaron a tirar los agentes. Y tres años después de que la joven denunciase los hechos, la operación 'kilero' que se ha extendido todo este tiempo ha permitido destapar no sólo que era cierto lo que narraba la denunciante, sino que el hombre tras el perfil anónimo que le había estado chantajeando tenía más víctimas y que, además, 'presumía' en redes de sus dotes para ello. Hasta el punto, narra el Cuerpo en una nota enviada este jueves, de que a través de grupos cerrados en Telegram «instruía a otros usuarios en técnicas y protocolos de acoso». El joven, de entre 20 y 30 año y residente en una vivienda en el centro histórico de Burgos capital , según la información hecha pública, tenía una «especialización delictiva» tal que le llevó a la creación y participación en grupos cerrados de esa red social, «especialmente utilizados para compartir material pornográfico de alto contenido sexual«. No sólo eso, sino que en esos chat, que no estaban abiertos a todos, el chico «instruía a otros usuarios en técnicas y protocolos de acoso» , señala la Policía. Además, compartía sus experiencias y su «continua práctica delictiva en orden a conseguir el éxito de sus chantajes», señala la nota remitida por la Subdelegación del Gobierno en Burgos. Unos datos con los agentes constatan la «gravedad de las conductas» del hombre y que suponen nuevas pruebas contra él. Ya está detenido. De hecho, se encuentran prisión provisional desde que los agentes lo arrestaron el 8 de junio de 2023, año y medio después de la denuncia de la chica que aseguraba llevar casi cuatro años sufriendo chantajes. Ahora, los nuevos datos hallados tras el análisis del último de los teléfonos móviles que tenía, arrojan «evidencias digitales» ya puestas en conocimiento del Juzgado que instruye la causa. En el momento del arresto, le fueron intervenidos tres teléfonos inteligentes. Y desde entonces, la investigación ha permitido hallar, extraer y analizar imágenes, vídeos y otros datos «con todas las garantías procesales». Y es que con su arresto en junio de 2023 acusado de un delito de coacciones, en el que obtuvieron «un número elevado de evidencias sobre la extorsión», la Policía Nacional «no» consideró terminada la investigación a raíz de esa denuncia inicial, sino que fue la base para ir «dando forma y contenido a las sólidas sospechas sobre la existencia de muchas más víctimas ». El joven «se habría estado dedicando a extorsionar con fines sexuales a numerosas jóvenes a lo largo de la geografía nacional» así como a otras residentes en América Latina. Las últimas evidencias, «desconocidas» en el momento de su detención, «resultan de especial relevancia penal», señala la Policía. A los cargos ahora añaden su imputación como presunto autor de los delitos de corrupción de menores y abusos sexuales a menores de 16 años. El hombre, que no tenía antecedentes policiales cuando fue detenido, al parecer se valía de las nuevas tecnologías de las que disponía en su casa para cometer los delitos de carácter sexual. Con la víctima que denunció y que llevó a su arresto, todo comenzó cuando ella tenía 14 años y durante cuatro fue sometida a un «continuado chantaje sexual» . Nunca llegó a conocer a quien estaba al otro lado de la red, aunque en alguna ocasión le propuso mantener encuentros sexuales reales citándola en lugares públicos y céntricos de la ciudad . En realidad, en su proceder, «aprovechó el anonimato y aparente opacidad» al amparo de las redes sociales, principalmente Instagram, para contactar y someter al chantaje a las víctimas. En el caso de la denunciante, tras un primer contacto, mensajeó a la chica indicándole que tenía una «fotografía comprometedora suya» y la publicaría si no le enviaba una imagen también sexual. La menor «sucumbió» a la coacción «por temor» y a partir de ahí entró en un «bucle de chantajes que fue haciéndose más grave con el paso del tiempo». Le pedía fotos sexuales; luego, vídeos y que grabara y difundiera en directo escenas sexuales muy concretas. También metió en el círculo a amigas a quien decía conocer... Una 'sextorsión' que resultó «traumática» para la joven que aseguró haber sufrido «episodios continuos de ansiedad, estrés, incertidumbre y miedo». Su denuncia permitió la detención del hombre, entonces como presunto autor de un delito de coacciones. Ahora, con las evidencias halladas y estando ya en prisión preventiva, también se le imputan corrupción de menores y abuso sexual a menores de 16 años.
