La directora para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), Marcela Ríos Tobar, calificó como una “emboscada” el reciente proceso electoral en Venezuela.
En una entrevista con La Nación, afirmó que los venezolanos, que participaron masivamente con la esperanza de un cambio democrático, fueron engañados en un intento por capturar completamente un proceso que pudo haber permitido una transición hacia la democracia. Ríos enfatizó que Venezuela dejó de ser una democracia hace tiempo, en este momento carece de elecciones limpias, Estado de Derecho y contrapesos al poder.
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El Consejo Nacional Electoral proclamó reelecto a Nicolás Maduro con el 52% de los votos. Sin embargo, la oposición denunció fraude y publicó copias de las actas del proceso en un sitio web como evidencia.
Se trata de 24.532 actas, equivalentes al 81,7% del total, que fueron recolectadas por cientos de voluntarios organizados por la oposición, conocidos como “comanditos”. En el sistema electoral venezolano, al concluir la jornada, las máquinas de votación emiten copias de las actas, que se entregan a los testigos de los partidos políticos.
Estas copias fueron recopiladas, digitalizadas y totalizadas por la oposición, que el pasado viernes las publicó en una página web. La plataforma también permite a los ciudadanos buscar, mediante su número de cédula, el resultado de la mesa electoral donde están inscritos.
Según estos datos, Edmundo González Urrutia obtuvo una victoria contundente con el 67% de los votos, frente al 30% de Nicolás Maduro. Sin embargo, estas cifras contradicen las del Consejo Nacional Electoral (CNE), que informó que Maduro alcanzó el 52% de los votos, superando a González por más de un millón de sufragios.
La comunidad internacional tiene meses de solicitarle al régimen venezolano que haga público el resultado por medio de las actas, hecho que hasta este 8 de enero no se ha realizado.
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En su evaluación, Ríos describió el proceso electoral reciente en Venezuela como una “emboscada” al pueblo que buscaba una salida democrática. A pesar de las restricciones y las dificultades, los venezolanos participaron masivamente con la esperanza de un cambio pacífico, pero esa voluntad fue traicionada. “Se trató de capturar completamente un proceso que pudo haber permitido una transición democrática”, afirmó con preocupación.
Ríos fue clara en señalar que Venezuela dejó de ser una democracia hace mucho tiempo. Según los indicadores de IDEA Internacional y otros organismos que monitorean sistemas democráticos, el país carece de elecciones limpias y competitivas, un Estado de Derecho funcional y contrapesos al poder. Lo sucedido con las elecciones, subrayó, es extremadamente grave y representa un retroceso para cualquier posibilidad de cambio pacífico.
“La comunidad internacional tiene un papel crucial. Debe ofrecer acompañamiento y apoyo a los venezolanos para encontrar una senda de recuperación democrática y garantizar el respeto a los derechos humanos en el país”, indicó Ríos. Enfatizó que la solidaridad internacional es vital para enfrentar el estancamiento político y social que mantiene al país en una profunda crisis.
Las palabras de Ríos llegan en un momento en el que Nicolás Maduro enfrenta crecientes críticas a nivel internacional, en la antesala de su cuestionada investidura para un tercer mandato (2025 - 2031). Las elecciones del 28 de julio fueron rechazadas por países como Estados Unidos, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, Paraguay y República Dominicana. A ellos se suma la Unión Europea, que reconocen a Edmundo González Urrutia como presidente electo.
Mientras tanto, el régimen intensifica su control con un despliegue masivo de fuerzas de seguridad y medidas de represión que dejaron muertos, heridos y miles de detenidos. La activación de un plan de “defensa” anunciado por Maduro genera un ambiente de temor e incertidumbre, limitando aún más el espacio para manifestaciones opositoras.
Para Ríos, la esperanza de una transición democrática en Venezuela depende en gran medida de la acción concertada de la comunidad internacional. El respaldo a los derechos humanos y la presión coordinada contra el régimen de Maduro son fundamentales para abrir espacios de cambio.
“La emboscada electoral que sufrió el pueblo venezolano no puede quedar en el olvido. Se requiere un compromiso firme para garantizar que el sacrificio de los venezolanos en su búsqueda de democracia no sea en vano”, concluyó Ríos, subrayando la urgencia de una respuesta global ante la grave crisis venezolana.
Venezuela enfrenta un drama político y humano donde existe una necesidad de esfuerzos conjuntos para superar la actual crisis y restaurar la democracia en el país.
