La película de Woody Allen “Match Point” comienza con una voz en off que dice que quien pronunció la frase “más vale tener suerte que talento” sabía de qué va la vida. Lo ilustra con un partido de tenis en el que la pelota toca en la red, sube... Y la imagen se para, lo deja en suspense: hay un mundo entre que pase o no pase.
Carlos Alcaraz y Álex de Miñaur hicieron un homenaje al cineasta neoyorquino en el duelo de exhibición que disputaron en Melbourne, como preparación para el primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia.
Hizo un gran saque el español, que su rival sólo pudo restar estirándose. Se queda corta la bola, prueba la dejada Carlos y corre De Miñaur a por ella para golpear también con sutileza. La pelota va casi paralela a la cinta, la toca una vez, otra... Y la supera.
El ambiente fue distendido y después de la acción y del “oh” del público, los dos tenistas se rieron e incluso el jugador local, que tiene raíces españolas porque su madre, Esther, es española, besó la red.
No fue el único momento divertido del encuentro, que también vivió otro punto en el que De Miñaur tiró contra el cuerpo de Alcaraz, que puso la raqueta delante y se dio la vuelta para evitar que le diera en la cara. No lo hizo, el español dio la mano a su rival quitándole importancia, pero cuando volvía al fondo de la pista fingió que estaba herido, lo que desató las risas hasta del juez de silla.
Pese a todo, fue un encuentro intenso entre dos tenistas que suelen jugar con muchos intercambios. “Es justo lo que necesitaba”, aseguraba Carlos, entrevistado en mitad del partido. De Miñaur ganó por 7-5, 4-6 y 10-5. Alcaraz empezó muy fuerte y llegó a situarse 4-1 en el primer set, pero después encadenó demasiados errores hasta ceder el parcial. En el segundo los dos tuvieron un gran nivel y en el supertiebreak final regresaron los fallos del español: dos no forzados con el revés y uno con la derecha, una doble falta, una mala volea, un globo del australiano extraordinario... El marcador era 7-2, imposible de remontar para el murciano. Y es que ya lo dijo Juan Carlos Ferrero en otra entrevista: están trabajando en que tenga más estabilidad y no los altibajos que a veces le vienen en los partidos. Esto, en el fondo, sólo era una prueba y el número tres del mundo obtuvo lo que buscaba: ganar ritmo.
Lo serio de verdad comienza el domingo y Alcaraz está en plena puesta a punto. Sus dos primeros entrenamientos fueron con Perricard, el cañonero francés, y con Novak Djokovic, con el que incluso llegó a disputar un set completo, que perdió por 7-5. El partido con De Miñaur es el primero de exhibición. El viernes a las 07:00 de la mañana en España, se mide a Popyrin en otro “amistoso”. Desde el domingo, el murciano participará por cuarta vez en el primer “Grande” del curso que, pese a que sólo tiene 21 años, es el único que le falta por conquistar, tras sus triunfos en el US Open 2022, Wimbledon 2023 y 2024 y Roland Garros 2024.
