La Real de
Imanol es una roca en Copa del Rey. Unas veces brilla más, otras veces sufre, pero habitualmente gana con una seriedad propia de la importancia que le da el entrenador a la competición que más acerca a un título a un club como el donostiarra. Ante la Ponferradina sufrió pero supo salir vencedora con cierta solvencia. Y ya está en octavos. La primera parte no fue nada mala, pero la realidad del encuentro otorga al técnico oriotarra el acierto de los cambios realizados al descanso, con la entrada de
Sucic y
Kubo y la ubicación de Oyarzabal en punta en detrimento de
Óskarsson. Gol del capitán en la primera que tuvo como delantero y asistencia después a
Brais para sentenciar.
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