El funeral de Jimmy Carter comenzó con un tributo en su natal Georgia, donde vivió gran parte de sus 100 años, antes de convertirse en una figura global. Las ceremonias, que se extenderán durante seis días, destacan su conexión con las raíces del sur rural de Estados Unidos y su trayectoria como defensor de los derechos humanos y la democracia. El expresidente falleció el 29 de diciembre en Plains, una pequeña ciudad que lo vio crecer y donde reposará junto a su esposa Rosalynn, fallecida en noviembre de 2023.
Desde el sábado, una caravana fúnebre recorrió lugares icónicos vinculados a su vida, como la granja de su infancia y la iglesia donde contrajo matrimonio. Los homenajes continuarán en Atlanta y culminarán en la Catedral Nacional de Washington, donde líderes mundiales y figuras políticas rendirán sus respetos antes de su regreso final a Plains.
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El legado de Jimmy Carter comenzó en Plains, una localidad con menos de 700 habitantes que marcó su carácter y visión política. La ceremonia inicial tuvo lugar en el Centro Médico Phoebe Sumter, en Americus, con la participación de su familia y exagentes del Servicio Secreto que escoltaron el féretro. Posteriormente, la caravana pasó por sitios clave como la gasolinera de su hermano Billy y la estación de tren que sirvió como sede de su campaña presidencial en 1976.
La procesión también incluyó una parada en Archery, donde se encuentra la granja de su infancia, ahora parte del Parque Histórico Nacional Jimmy Carter. Allí, una campana histórica sonó 39 veces, un tributo al 39.º presidente de Estados Unidos. Aunque Carter nació en un hospital, su hogar carecía de electricidad y agua corriente, una experiencia que lo marcó profundamente y que equilibraba privilegios con arduo trabajo en las tierras de su padre.
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Tras los actos en Plains y Archery, la caravana se dirigió al Capitolio de Georgia, donde Carter sirvió como senador estatal y gobernador antes de alcanzar la presidencia. El gobernador Brian Kemp y el alcalde de Atlanta, Andre Dickens, lideraron un momento de silencio, destacando el impacto del expresidente en la política local y nacional.
El Centro Presidencial Carter en Atlanta también fue escenario de un homenaje especial. Fundado en 1982, este lugar refleja el trabajo de Carter y su esposa en diplomacia internacional, monitoreo electoral y lucha contra enfermedades globales. Jason Carter, nieto del expresidente, recordó cómo este legado marcó un estándar para los expresidentes, una labor reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 2002.
La culminación de los homenajes se llevará a cabo en Washington, D.C. El féretro de Carter reposará en la Rotonda del Capitolio antes de un servicio solemne en la Catedral Nacional. El presidente Joe Biden, aliado cercano de Carter, pronunciará el elogio fúnebre, un acto que reunirá a líderes de diversas esferas políticas.
Finalmente, Jimmy Carter regresará a Plains para un funeral privado en la Iglesia Bautista Maranatha, donde enseñó en la escuela dominical durante décadas. Su entierro se realizará en su residencia, en un terreno que simboliza su conexión con la comunidad que moldeó su vida. Este cierre íntimo resalta el compromiso de Carter con sus raíces y su legado como un líder humilde y visionario.
