Con el inicio de 2025, muchas personas se proponen establecer nuevos hábitos y objetivos, entre los cuales sobresale el anhelo de llevar una vida más saludable y llena de felicidad. No obstante, un profesor de Harvard advierte sobre un error frecuente en esta búsqueda: percibir la felicidad como una meta a lograr.
Arthur Brooks, profesor en la prestigiosa universidad, ha dedicado su carrera a estudiar la felicidad desde un enfoque científico. En su libro “Construye la vida que anhelas”, coescrito con la famosa presentadora Oprah Winfrey, ofrece herramientas prácticas para cultivar la felicidad sin depender de factores externos. Brooks sostiene que la felicidad no es un estado permanente, sino un proceso que implica disfrutar del camino y aprender de las adversidades.
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Brooks define la felicidad como una combinación de tres elementos: disfrute, satisfacción y sentido. Estos componentes se manifiestan en sentimientos positivos como el placer y el bienestar. Para el catedrático, es fundamental experimentar momentos de infelicidad, ya que estos nos enseñan a superar obstáculos y a crecer como personas. En este sentido, la búsqueda de una felicidad absoluta es un objetivo inalcanzable que puede llevar a la frustración.
Según Brooks, el mayor error que comete la gente es pensar que la felicidad es una meta que se puede alcanzar. Esta concepción errónea puede generar un estado de insatisfacción permanente. En lugar de enfocarse en un destino final, el profesor propone ver la felicidad como una dirección a seguir. Esto implica desarrollar un plan que abarque todos los aspectos de la vida cotidiana, como el trabajo, la familia, los amigos y las creencias.
Brooks enfatiza la importancia de disfrutar del proceso y no obsesionarse con la meta. Las pequeñas acciones diarias son las que generan estímulos positivos y, al aprender a valorarlas, se puede dar sentido a la vida. Este enfoque permite a las personas encontrar satisfacción en el día a día, en lugar de esperar a que se cumplan grandes objetivos para sentirse felices.
En resumen, la búsqueda de la felicidad no debe centrarse en alcanzar un estado ideal, sino en aprender a disfrutar de cada momento y a crecer a través de las experiencias, tanto positivas como negativas. La felicidad, según Arthur Brooks, es un viaje que se construye día a día.