La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha desmentido una de las teorías más comunes en la industria avícola: el supuesto uso de hormonas de crecimiento para acelerar el desarrollo de los pollos. Según expertos de la institución, las hormonas no son necesarias debido a los avances en genética avícola, manejo eficiente y dietas balanceadas que permiten que los pollos alcancen el peso adecuado de forma natural.
En Perú, donde el pollo es la carne más consumida, esta aclaración resulta crucial para tranquilizar a los consumidores, quienes suelen preocuparse por los posibles efectos de estas sustancias en su salud. De acuerdo a la información compartida por la UNAM, el desarrollo rápido de los pollos no se debe al uso de hormonas, sino a otros factores.
La UNAM explica que el uso de hormonas en la crianza de pollos es un mito infundado. Las razones principales son económicas y técnicas: administrar hormonas sería demasiado costoso e ineficiente para los productores. Además, el manejo de estas sustancias requeriría una logística complicada, como inyecciones individuales a cada ave, lo que no es viable en una producción de millones de ejemplares. Por otro lado, el crecimiento acelerado de los pollos se logra gracias a mejoras en la genética, manejo adecuado y dietas especializadas.
“La utilización de hormonas para el crecimiento de pollos destinados al consumo humano es un mito. Nunca se han usado ni se hará porque no son necesarias”, detalló la UNAM.
El desarrollo rápido de los pollos es el resultado de décadas de investigación en genética avícola. Las aves modernas han sido seleccionadas para maximizar la conversión de alimento en carne, permitiendo que alcancen su peso óptimo en menos tiempo sin necesidad de aditivos hormonales. Además, las dietas balanceadas ricas en proteínas y nutrientes específicos aseguran su crecimiento saludable y eficiente. Estos avances han hecho que el pollo sea una de las fuentes de proteína más accesibles y de rápida producción a nivel mundial.
