En los primeros días de 2025, una nueva caravana de migrantes ha iniciado su trayecto desde la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas, al sur de México. Miles de personas, incluyendo familias completas, avanzan con la intención de llegar a la frontera con Estados Unidos en busca de una vida mejor. Este movimiento masivo destaca la continua crisis migratoria en la región, impulsada por la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades en los países de origen de los migrantes.
La caravana, integrada principalmente por personas de Centroamérica y el Caribe, también cuenta con ciudadanos de países como Venezuela y Haití. Mientras avanzan por el territorio mexicano, los migrantes enfrentan un camino lleno de dificultades, incluyendo la escasez de alimentos y agua, la exposición a condiciones climáticas extremas y los controles establecidos por las autoridades migratorias mexicanas.
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El grupo partió de Tapachula, donde muchos habían permanecido durante meses esperando permisos migratorios que les permitieran transitar legalmente por México. Sin embargo, al no obtener una respuesta favorable, decidieron organizarse en caravana, ya que viajar en grupo les ofrece mayor seguridad frente a los riesgos de asaltos y extorsiones.
Aunque el objetivo principal de la mayoría de los integrantes de la caravana es llegar a Estados Unidos, algunos han manifestado que podrían quedarse en la Ciudad de México, donde esperan encontrar empleo o acceder a servicios básicos. Las autoridades mexicanas han reforzado la vigilancia en las rutas habituales de los migrantes y han ofrecido asistencia humanitaria limitada en algunos puntos del trayecto.
Esta caravana es una de las primeras del año 2025 y evidencia la necesidad de soluciones estructurales para la crisis migratoria en la región. Mientras avanzan hacia el norte, los migrantes siguen buscando esperanza y un futuro mejor, enfrentando con valentía los desafíos que el camino les presenta.
Giscarlis Colmenares, una venezolana de 29 años, ha estado casi tres meses esperando una cita de asilo a través de la aplicación estadounidense CBP One. Su objetivo inmediato, compartió con AP, es llegar a Ciudad de México para buscar trabajo, “para ver si podemos salir adelante o quedarnos aquí y ganar suficiente dinero para regresar a Venezuela”.
El jueves 2 de enero, más de 500 guatemaltecos detenidos en diferentes ciudades de Estados Unidos fueron deportados en cuatro vuelos. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que su gobierno ha iniciado diálogos con otros países de Latinoamérica para que acepten directamente a los migrantes deportados por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en lugar de enviarlos a territorio mexicano.
Sheinbaum reafirmó la postura de su administración al señalar que han insistido a Estados Unidos en que las repatriaciones se realicen directamente a los países de origen de los migrantes, evitando que sean expulsados a México.
