El destaque de Ruth Ligarda a un puesto en la embajada del Perú en Madrid ha levantado las primeras cejas del año. Ligarda ha sido, hasta hace muy poco, escolta policial de Dina Boluarte, y ahora último testigo en el caso de los viajes del auto presidencial a balnearios del sur. En este viaje a Europa no está claro quién le hace el favor a quién.
Quizás es Boluarte quien premia a una persona de mucha confianza con un puesto bien pagado en una capital europea de moda. No es primera vez que sucede y así, tomado en frío, no pasaría de ser un uso amistoso de la presidencia. Pero lo que más ha llamado la atención es el vínculo con el llamado caso Cofre, tangencial a la sacha-fuga de Vladimir Boluarte.
¿Qué tiene que decir el fiscal del caso sobre este despegue de la mujer de confianza de Boluarte?
La idea que ha empezado a difundirse es que sacar a Ligarda del país equivale a retirarla del caso. Pero en realidad hay muchas formas en que un testimonio puede ser rescatado desde España, con electrónica o con aeronáutica, o mediante una declaración ante el cónsul. Siempre y cuando Ligarda quiera testificar, claro. Quién sabe si Madrid es el precio de un silencio en el caso Cofre.
Con un nombramiento fuera por dos años Ligarda queda fuera del radar político local. Pero quizás hay algunos servicios que ella puede prestar a una Boluarte de salida. Por ejemplo recoger o diseminar información en círculos sensibles de la comunidad peruana, o transmitir la voluntad de Boluarte directo al embajador.
Una situación distinta pero similar es la del coronel PNP Víctor Revoredo, quien ha sido enviado a Santiago de Chile con bombo y platillos, con el encargo de capturar allá al líder de la banda criminal ‘Los Pulpos’. ¿Una tarea así no se realizaría mejor en sigilo? A estas alturas el pulpo prófugo debe estar oculto en otro país.
¿Qué podría hacer Revoredo en el mejor de los casos? No olvidemos que un agregado policial es un diplomático, y que su trabajo debe circunscribirse al local y los recursos de la embajada donde ha sido nombrado. Los carabineros de Chile lo pueden ayudar allá igual que acá. Este nombramiento, como el de Madrid, es un favor personal sin atenuantes, de los que Boluarte va a repartir cada vez más.
