Se han cumplido ya dos meses desde que las riadas por la gota fría arrasaron poblaciones y campos en el sureste de la España peninsular, sobre todo en la provincia de Valencia. Tras el rifirrafe entre administraciones, las Fuerzas Armadas se desplegaron para auxiliar a los afectados por la Dana, y aún más de 8.000 militares están desplegados trabajando, retirando lodo, entregando ayuda...
A principios de diciembre, muchos militares que estaban o habían estado desplegados en esta operación (se van rotando) detectaron que en la simulación de nómina que cobrarían ese mes de diciembre aparecía un plus, bajo el concepto “incentivo Dana”.
Pero en esa ocasión no era un incentivo igual para todos, como cuando el Ministerio paga incentivos de 100 ó de 250 euros mensuales a parte de la plantilla de las Fuerzas Armadas. Eran cantidades no redondas, y sobre todo muy dispares: desde unos 200 euros, hasta rondar los 1.300, con muchos casos en torno a los 600 y 700 euros.
Pese a ser un plus salarial no previsto, y que por tanto agradecían, entre militares no sentaron bien esas diferencias notables, y no explicadas, porque circularon casos de personas que habían estado el mismo número de días desplegados, y cobraban distinto.
Fuentes del Ministerio de Defensa apuntaron que las cantidades se habían calculado según una tabla que utiliza la Unidad Militar de Emergencias (UME) para sus intervenciones. Esa tabla establece unos “módulos”, según días de actuación.
Circularon otras explicaciones, sobre que los primeros días de activación se pagaban a un “precio” mayor que los días posteriores. Hasta se alertó que algunos cálculos eran erróneos y tendrían que ser corregidos.
Pero todo eran teorías, rumores, porque no había explicaciones oficiales. Por eso varias asociaciones profesionales solicitaron por escrito a Defensa que explicara los criterios con los que se habían pagado esos incentivos.
Así lo hicieron la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), la Unión de Militares de Tropa (UMT), la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) y la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro), mientras que la Asociación Profesional de Oficiales de las Fuerzas Armadas (Aprofas) lamentó que no hubiera un canal oficial en el que el ministerio informara de esos criterios.
El director general de Personal del Ministerio de Defensa, el general de Intendencia de la Armada José Ramón Velón, explicó esos criterios en el pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas que se celebró el día 17 de diciembre.
Explicó que este incentivo se había establecido a criterio del general jefe de la UME. El teniente general Francisco Javier Marcos Izquierdo es quien dirige el despliegue militar por la Dana, también a los militares desplegados que no son de la UME.
El incentivo que se ha abonado en la nómina de diciembre se calculó con los datos del despliegue hasta el 25 de noviembre. Lo que cada militar hubiera participado en la operación hasta ese día, es lo que se ha reflejado en el salario de diciembre.
Las explicaciones dadas en el pleno del Consejo de Personal coinciden con la respuesta por escrito que recibió la Asociación de Tropa y Marinería Española, que lleva tiempo ausentándose de esos plenos como forma de protesta ante la negativa del Ministerio de Defensa a abordar subidas salariales.
La cantidad que se ha pagado a cada militar se ha calculado conforme a unas cifras que utiliza la UME, en base a tres criterios: el número de días de intervención, el empleo del militar (si es soldado, cabo, sargento, teniente, capitán...), y el tipo de intervención.
Sobre ese último criterio, se han aplicado dos modalidades: militares “intervinientes” y militares “de apoyo”.
Los “intervinientes” son aquellos que trabajan más directamente sobre las zonas afectadas: quienes limpian barro, los buzos que revisaron garajes inundados, quienes trabajan retirando escombros y coches...
Los militares “de apoyo” son quienes están movilizados principalmente en tareas logísticas, y en coordinación en los cuarteles generales que dirigen la operación. Eso incluye al personal encargado de los alojamientos y cocinas en Feria de Valencia, por ejemplo, mecánicos que revisan los vehículos desplegados, y otras muchas funciones de apoyo y sostenimiento de los efectivos “intervinientes”.
A los “intervinientes” se les paga más que a los “de apoyo”.
El director general de Personal no negó que hubiera habido algunos errores a la hora de calcular las cantidades.
Eso sí, ante los jefes de los mandos de Personal de Tierra, Armada y Aire descargó cierta responsabilidad, ya que explicó que el Ministerio de Defensa había calculado cada incentivo de acuerdo con los listados de militares desplegados que le habían pasado los respectivos ejércitos.
Dejó caer que se espera que esos errores no se repitan en enero, y se entendió que podrá haber correcciones en nóminas posteriores.
El incentivo se seguirá pagando mientras continúe el despliegue, para el que no hay fecha de fin prevista, al menos públicamente, y tampoco en esa reunión se planteó un calendario.
Por tanto, eso significa que en la nómina de enero se volverá a reflejar el trabajo que los militares desplegados hayan realizado durante el mes de diciembre, hasta el día de finales de mes que se haya establecido como límite para calcular el “incentivo Dana”.
Por parte de la Unión de Militares de Tropa, plantean que el incentivo también debería gratificar a los militares que no han sido desplegados en Valencia, pero que se han visto indirectamente afectados, porque parte de sus unidades han sido desplazadas, y quienes se han quedado en el cuartel han tenido que aumentar guardias, turnos y carga de trabajo.
Desde la UMT tampoco están de acuerdo con que se pague más según se asciende en el empleo: a su juicio, el grueso del trabajo más penoso en este despliegue lo están realizando, precisamente, los militares de empleo más bajo, soldados y marineros, cabos, personal de la Escala de Tropa y Marinería, en definitiva. Por eso no ven justo que se incremente el incentivo por razón del empleo, es decir, que se pague más a suboficiales, a oficiales, y cuanto más arriba de la escala estén.
Hace semanas, tres asociaciones (UMT, AUME, Asfaspro) reclamaron un pleno monográfico para que el Ministerio de Defensa informara sobre las condiciones de los militares desplegados por la Dana.
ATME también pidió información sobre cómo se estaba distribuyendo el horario de trabajo, la comida, el apoyo logístico...
En las primeras semanas surgieron quejas por mala organización del despliegue: jornadas demasiado extensas, problemas en los alojamientos... cuestiones que repercutían en el descanso de los militares, y en su rendimiento al trabajar.
La respuesta del Ministerio de Defensa ha sido negativa. No convocará una reunión para informar de estas cuestiones. Se escuda en que se trata de una operación militar, y las operaciones están fuera del ámbito de competencias del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas.
Las asociaciones profesionales discrepan, ya que entienden que afecta a las condiciones de vida y trabajo de los militares, asunto sobre el que sí pueden plantear preguntas a través del Consejo de Personal.
