El ataque en Bourbon Street, Nueva Orleans, dejó un saldo de al menos 10 personas muertas y más de 30 heridas durante las celebraciones de Año Nuevo. En su reacción al hecho, el presidente electo Donald Trump calificó el incidente como un “puro acto de maldad” y señaló que el responsable habría ingresado a Estados Unidos como inmigrante ilegal.
Según informes iniciales, el atacante condujo un camión a través de la frontera sur, específicamente en Eagle Pass, Texas, tan solo dos días antes del ataque. “Cuando dije que los criminales que llegan a nuestro país son mucho peores, mi advertencia fue rechazada, pero terminó siendo cierta”, afirmó Trump en su plataforma Truth Social, reforzando sus críticas a las políticas migratorias del actual gobierno.
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En sus declaraciones, Trump hizo énfasis en el impacto de la inmigración ilegal en la seguridad de Estados Unidos. “La tasa de criminalidad en nuestro país está en un nivel que nadie ha visto antes”, publicó, subrayando que este tipo de tragedias son consecuencia directa de una frontera sur que considera vulnerable. Además, expresó su solidaridad con las víctimas y destacó el papel de los agentes del Departamento de Policía de Nueva Orleans.
Por otro lado, el estatus migratorio del sospechoso no ha sido confirmado oficialmente. Mientras las investigaciones continúan, la postura de Trump ha generado controversia en redes sociales, donde simpatizantes y detractores debaten sobre la relación entre la tragedia y las políticas de seguridad fronteriza en Estados Unidos.
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El incidente ocurrió en la madrugada del 1 de enero, alrededor de las 3:15 a.m., en la intersección de Bourbon Street y Canal Street, una zona concurrida del Barrio Francés. Testigos describieron al sospechoso como un individuo que vestía armadura corporal y portaba un rifle de asalto. Según los informes, el atacante embistió a la multitud con un vehículo antes de abrir fuego indiscriminadamente.
La ciudad de Nueva Orleans informó que los heridos fueron trasladados a cinco hospitales locales, y aunque aún no se ha confirmado la identidad del atacante, se presume que este falleció en el lugar. El FBI lidera la investigación, trabajando en conjunto con la ATF y la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia para esclarecer los motivos y antecedentes del ataque.
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La respuesta inicial del presidente Joe Biden ante la tragedia en Nueva Orleans ha sido objeto de fuertes críticas. Mientras las redes sociales ardían con comentarios sobre el incidente, el primer mensaje de Biden en X fue un saludo de Año Nuevo: “Feliz año nuevo, amigos”. Usuarios calificaron la publicación como “insensible” y “fuera de lugar”, dado el contexto del ataque.
Horas después, la Casa Blanca emitió un comunicado oficial en el que Biden ofreció su “pleno apoyo federal” a Nueva Orleans y aseguró que se mantendría informado de los avances en la investigación. Además, se reveló que el presidente había hablado con la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, para coordinar recursos. Sin embargo, el retraso en su reacción pública fue ampliamente cuestionado, con usuarios y analistas señalando que su mensaje inicial no reflejaba la gravedad de los hechos.
Por el contrario, Trump aprovechó la ocasión para destacar su propia postura frente a la inmigración y seguridad nacional, generando un contraste político que avivó aún más el debate.
