Las relaciones entre China y Estados Unidos atraviesan un momento crítico que podría agravarse aún más con el próximo retorno de Donald Trump a la presidencia. Según Shen Yamei, director del Instituto de Estudios Americanos del Instituto de Estudios Internacionales de China, las tensiones estructurales entre ambas potencias pueden empujar su vínculo a un periodo de alto riesgo. Shen advierte que la duplicidad en la política exterior estadounidense, combinada con los problemas internos de EE. UU., podría provocar un deterioro significativo en los lazos bilaterales.
En un artículo publicado en la revista World Affairs, Shen señaló que la estrategia indopacífica de Washington y sus alianzas económicas y tecnológicas buscan contener el avance de Beijing.
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Un segundo mandato de Donald Trump podría intensificar las tensiones entre China y Estados Unidos, especialmente en el ámbito comercial, tecnológico y geopolítico. Su política de “América primero” probablemente reavivaría la guerra comercial mediante aranceles y sanciones, al tiempo que fortalecería las restricciones contra empresas tecnológicas chinas como Huawei. Además, su apoyo explícito a Taiwán, considerado por Beijing una amenaza a su soberanía, podría elevar el riesgo de confrontaciones en la región.
En el ámbito diplomático, la retórica de confrontación y el enfoque unilateralista de Trump podrían socavar los avances logrados bajo la administración Biden, como la reactivación de más de 20 mecanismos de comunicación. Asimismo, su apuesta por alianzas estratégicas en la región indopacífica para contrarrestar la influencia de China, combinada con un mayor énfasis en la competencia tecnológica, consolidaría un entorno de alta tensión en las relaciones bilaterales.
Uno de los temas más delicados en las relaciones China-Estados Unidos es Taiwán. La creciente colaboración entre Washington y Taipéi es percibida por Beijing como una amenaza directa a su soberanía. Según Shen Yamei, las declaraciones de Washington sobre este tema suelen ser ambiguas, utilizando la cuestión taiwanesa como herramienta para manejar tensiones mientras intensifica su colusión con la isla.
El enfoque de la estrategia indopacífica y el papel de Taiwán han generado preocupaciones en Beijing. La administración china, liderada por Xi Jinping, ha reiterado su disposición para dialogar, ampliar la cooperación y gestionar las diferencias con Estados Unidos, aunque con firmeza frente a los temas sensibles como la independencia de Taiwán.