En septiembre de 2022, cuando apenas siete meses de guerra en Ucrania parecían una eternidad, el gigantes ruso del gas Grazprom emitía un amenazante vídeo en el que mostraba a una Europa completamente congelada con un mensaje poco tranquilizador, "El invierno será largo", emulando el mítico "Winter is coming" de la serie Juego de Tronos.
El vídeo, en el que se podía ver cómo un operario de la compañía cerraba un interruptor y la temperatura se desplomaba, era la confirmación de Moscú de que no iba a suministrar este bien preciado a Alemania en represalia por el apoyo de Europa a Ucrania. Ahora, con una guerra eternizada, las circunstancias son muy diferentes (Ucrania ha comunicado este 1 de enero que interrumpe el suministro de gas ruso por su territorio) pero el temor a las consecuencias es el mismo.
Por ello, Bruselas se ha apresurado a tranquilizar a los consumidores, o al menos a intentarlo, con un mensaje en el que asegura que tiene un Plan B para la arriesgada decisión de Ucrania antes los que ahora van a ser sus socios más preciados una vez que Donald Trump tome posesión de su despacho en la Casa Blanca.
Este miércoles, la Comisión Europea afirmó que el corte del tránsito de gas ruso por territorio de Ucrania hacia la UE era lo "esperado" y reiteró que el bloque está "preparado" para sustituir el suministro a través de cuatro rutas alternativas para los países más afectados, informa Efe.
"La detención del flujo (de gas ruso) por Ucrania el 1 de enero es la situación esperada y la UE está preparada para ello", subrayan a EFE fuentes comunitarias, para después enfatizar que la institución ha trabajado "durante más de un año" con los Estados miembros para prepararse para un escenario así.
La infraestructura gasística europea es "lo suficientemente flexible" para transportar gas de distintos orígenes a través de "rutas alternativas", explican las fuentes, para después añadir que el bloque también se ha reforzado con "nuevas y significativas capacidades de importación de GNL (gas natural licuado) desde 2022".
El Ejecutivo comunitario también destacó que la seguridad energética de la UE también se ha reforzado en los últimos años con el despliegue de energías renovables y medidas para mejorar la eficiencia energética.
Bruselas ya había comunicado que el impacto del fin del tránsito de gas ruso por Ucrania en la UE sería limitado tanto en volúmenes como en alcance y, en concreto, confía en suplir este suministro a través de cuatro rutas alternativas desde Alemania Italia y Polonia y Grecia y Turquía.
La red gasística ucraniana está conectada con cuatro países del club (Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia) pero los volúmenes desde Rusia a la UE se han reducido "drásticamente" desde que Moscú redujese el tránsito en 2022 en el contexto de su invasión de Ucrania.
El bloque recibió un total de 14,65 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas en 2023, frente a los 40 bcm de antes de la guerra, mientras que el 1 de diciembre de 2024 habían llegado 13,7 bcm, según un documento que la Comisión Europea preparó para la reunión de ministros de Energía de la UE en diciembre de 2024, al que ha tenido acceso EFE.
Actualmente, sólo Chequia, Hungría, Italia, Eslovenia, Austria y Eslovaquia siguen obteniendo gas ruso que transita por Ucrania, pero los dos últimos serán los más afectados porque representa aproximadamente el 60 % de su demanda.
La primera ruta alternativa que concibe Bruselas es a través de Alemania gracias a "reciente y significativa expansión" de terminales de GNL y de sus importaciones de gas por tubería desde Noruega, Países Bajos y Bélgica.
Desde Alemania se podrían añadir volúmenes adicionales de gas a Austria, Chequia y Eslovaquia por infraestructuras que ya existen.
La segunda facilitaría acceso de gas noruego y de GNL procedente de Estados Unidos y Ucrania desde Polonia a Eslovaquia a través del interconector entre ambos a países y desde ahí hacia Chequia, Austria, Hungría y Ucrania.
Por otro lado, través de una tercera alternativa se transportar gas desde Italia a Austria y después a Eslovaquia y a Eslovenia sólo teniendo en cuenta las capacidades actuales.
Y por último, la llamada ruta Trans-Balcánica puede transportar gas desde Grecia, Turquía y Rumanía hacia el norte para suministrar el combustible no sólo a los países del centro y este de la UE, sino también a Ucrania y Moldavia, gracias a las interconexiones actuales entre Grecia, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Moldavia, Ucrania y Eslovaquia